martes, 29 de noviembre de 2011

Desde la CGT reiteran que no habra piso ni techo en las paritarias.

iProfesional.com

El líder del gremio de Canillitas, Omar Plaini, aseguró que los sindicatos se manejarán con ese sistema aunque descartó que se vayan a producir "desbordes"

Desde la CGT reiteran que no habra piso ni techo en las paritarias

En una muestra más de que la relación con el Gobierno nacional no pasa por su mejor momento, la Confederación General del Trabajo (CGT) volvió a enviar este martes un mensaje de cara a las negociaciones salariales para 2012.
En ese sentido, el titular del gremio de Canillitas y uno de los hombres más cercanos a Hugo Moyano, Omar Plaini, reiteró que las paritarias no tendrán "ni piso ni techo", aunque descartó que se vayan a producir " desbordes".
"La CGT tiene un criterio, que en la negociación de paritarias no hay piso ni techos. Lo hemos ratificado desde que el ex presidente Kirchner devolvió las paritarias, y sólo pidió que no hubiera desbordes, que no los ha habido. Como todos los años, seguramente lo vamos a negociar en este esquema, sin piso ni techo", señaló el sindicalista en Radio 10.
Plaini (en la foto) también pidió que los conflictos "se resuelvan a través del diálogo", en relación al que mantiene la Uatre, que en los últimos días ha realizado cortes de rutas en todo el país.
Por otro lado, el sindicalista reiteró que la central obrera insistirá con una ley para que los empresarios repartan sus ganancias con los trabajadores.
"Hemos fijado una posición en donde ahí tenemos un matiz con el Gobierno, que cree que debe ser en el marco de las paritarias. Nosotros creemos que ante un sector muy voraz, necesitamos una norma que lo establezca", aseguró.
Fuente:Publicado en www.iProfesional.com

Estos son los gremios que hacen "oídos sordos" a la moderación salarial que pide el Gobierno

La inercia inflacionaria hace que resulte difícil que los líderes sindicales acepten "topear" en 18% los aumentos de sueldos. Para el Ejecutivo es clave lograr este objetivo. Porque el encarecimiento en dólares del país ya se es una fuerte amenaza para el crecimiento ¿Quiénes son los "rebeldes"?

Por Juan Manuel BarcaiProfesional.com

Falta menos de un mes para que finalice el año y arranque la primera ronda de negociaciones salariales.
Pero, con antelación, varios gremios ya se pusieron en guardia y comenzaron a emitir señales de que no darán tan fácilmente el brazo a torcer ante los pedidos crecientes de moderación que surgen del sector privado y del propio Gobierno.
Al menos, esta es la situación de bancarios, metalmecánicos, aceiteros y docentes, que revisten una particularidad clave.
Serán los encargados de "inaugurar" la nueva ronda de acuerdos y se constituirán en casos testigos y ejes de referencia para el resto de los sectores que vienen detrás de ellos.
"Es muy importante que haya paritarias libres y sin techo. Con cualquier ajuste preestablecido nos equivocamos", dijo a iProfesional.com el secretario de Estadísticas y titular de los docentes privados (Sadop), Horacio Gillini.
Más aún, los sindicalistas consultados por este medio se preparan para ir a la carga por sus bonus de fin de año, sumas puente para pasar el verano e, incluso, incrementos similares a los obtenidos en 2011.
De modo que el tan ansiado y necesario objetivo de "bajar un par de cambios", en cuanto a próximos aumentos de sueldos, se perfila como una meta que no será tan fácil de lograr.

Nuevos aumentos, nuevas tarifas, "nuevo" Moyano
Si el ritmo inflacionario era, hasta hace poco, uno de los principales argumentos para reclamar aumentos, ahora se suman otros condimentos que se irán manifestando con el correr de los meses.
En primer lugar, el recorte de subsidios que encaró el Gobierno que, según de los analistas, con el tiempo no sólo afectará a los sectores de mayores ingresos sino también a buena parte de los asalariados clase media.
En segundo término, ya de tinte más político, es la actitud que adoptarán los gremios alineados con Moyano, ante su evidente distanciamiento del Gobierno.
"No vamos a dejar de reclamar", anticipó el líder camionero en el reciente encuentro de la Unión Industrial, en donde además señaló su desacuerdo a establecer de antemano una cifra de referencia: "Si hay un techo entonces las discusiones paritarias no tienen sentido".
Con estas palabras, quien fuera en otros tiempos un aliado estratégico de la Casa Rosada avisó que si se pretenden condicionar las negociaciones, no cuenten esta vez con el respaldo que prestó en otros momentos.
En busca de la moderación perdida
Cristina Kirchner es conciente de que el país ya no tiene más margen para seguir que encareciéndose en dólares al mismo ritmo en el que lo ha hecho hasta ahora.
También, que los incrementos salariales no fueron acompañados por una mejora acorde en la productividad.
Y que la suba de costos dejó al "Made in Argentina" a merced del abaratamiento de los productos importados.
Es por eso que la palabra "moderación" pasó a ser una de las más importantes en el nuevo diccionario económico K.
El problema es que no todas las partes involucradas -Ejecutivo, sindicatos y empresarios- interpretan de igual modo ese concepto.
"Moderación salarial no significa ni poco ni mucho. Es respetar las necesidades del trabajador pero, a su vez, que haya racionalidad en cuanto a que no se puede perder la competitividad", declaró el dirigente de la UIA, Daniel Funes de Rioja.
Por el lado del Gobierno, el "número mágico" se ubica entre un 18% y 20%. Y ya mostró algunas pistas sobre cómo encarará su nueva etapa.
En este sentido, quedó en evidencia su acercamiento al empresariado y una actitud más distante en torno a algunas pretensiones sindicales. Como la del reparto de ganancias, en donde rechazó la idea de que se trate por ley y enfatizó que debe discutirse en paritarias, sector por sector.
"Se buscarán otros parámetros para negociar, ya que ahora el piso salarial está recompuesto", anticipó Noemí Rial, viceministro de Trabajo.
Oídos sordos a la moderación
Pero varios gremios parecen estar alejados de las intenciones oficiales y del empresariado.
Tal vez, el caso de los peones rurales sea un anticipo de las tensiones que se avecinan.
El sindicato había acordado una mejora -nada más y nada menos- del 35%. Pero el Gobierno, mediante una resolución, "topeó" el incremento en un 25 por ciento.
Es en este escenario en el que ahora llega el turno de los bancarios, una rama clave de actividad, que nuclea a unos 60.000 empleados.
El actual convenio rige hasta el 31 de diciembre y los próximos días comenzarán los contactos iniciales, tal como adelantaron fuentes sindicales a iProfesional.com.
Destacaron que apuntan a repetir un acuerdo similar al de este año. Es decir, un aumento del 29% -a partir de mayo- y una suma puente de $1.000 para el primer trimestre.
"Los bancos han ganado mucha plata. Las discusiones paritarias deben hacerse con los balances sobre la mesa", aseguró a este medio el secretario de prensa de La Bancaria, Eduardo Berrospe.
La misma postura mantienen los aceiteros, quienes ya elevaron un pedido a las cámaras del sector previendo que su acuerdo vence el 31 de diciembre.
Tomando como referencia las estadísticas provinciales, el gremio busca replicar el último incremento salarial del 26%.
Como si fuese poco, solicita que el sueldo mínimo pase de $5.000 a $6.300. Además, reclaman una gratificación especial en base a la productividad y a la rentabilidad.
Hasta ahora la respuesta no fue la esperada. "Los empresarios hablan de fuertes alzas en los costos laborales, pero no lo calculan sobre las ventas. Y no dicen que la mayoría han duplicado la producción", dijo a este medio el vocero de los aceiteros de Rosario, Walter Nardy.
Respecto a los pedidos de moderación salarial, el dirigente sindical se mostró crítico: "Siempre se utiliza al salario como variable de ajuste, frente a utilidades que han sido fabulosas".
En el sector automotriz, las negociaciones no parecen estar mejor encaminadas ante el malestar que genera el acuerdo salarial vigente, sumado a las suspensiones y al adelanto de vacaciones que comenzaron a implementar varias terminales.
En mayo pasado, el Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA) había acordado que -hasta fines de diciembre- las remuneraciones se iban a ajustar de manera automática, en base al índice de inflación elaborado por la ex directora del IPC del INDEC, Graciela Bebacqua.
Con esta metodología, avalada por el Ministerio de Trabajo, los metalmecánicos esperaban alcanzar a fin de año una suba del 28%, pero el resultado fue bastante diferente.
De acuerdo con las cifras del gremio, la mejora obtenida se estaría ubicando en el 22%, por debajo incluso de la pauta del 24% que intentó fijar el Gobierno, a partir de pacto rubricado con Moyano para camioneros.
Así las cosas, los operarios de algunas fábricas de Córdoba -donde operan las principales compañías y varias comisiones internas opositoras- comenzaron a reclamar "paritarias libres", en un gesto de rechazo al acuerdo vigente.
"Unos 1.600 trabajadores decidimos que no vamos a mantener el índice UBA de Bevacqua en 2012 y 2013. Pedimos que se llame a una Asamblea General para que haya paritarias libres, como tienen el resto de los sindicatos", dijo a iProfesional.com el delegado de una de las plantas más importantes, donde ya se han venido realizando asambleas cada uno de los turnos.
Desde el lado del sindicato Luz y Fuerza su titular, Oscar Lescano, aseguró que la inflación "ya erosionó todo el aumento" salarial conseguido por los trabajadores este año.
Y aclaró que "será muy difícil cerrar los acuerdos que vienen en torno al 18%".
El líder gremialista, señaló que sólo podría ser posible "en la medida en que congelen los precios de los artículos de la canasta básica. De abril a la fecha aumentaron muchas cosas. Ahora, volvemos a estar en desventaja respecto de las subas obtenidas en abril", señaló.
Otro foco de conflicto, que amenaza con estallar más temprano que tarde, se ubica en la paritaria docente.
Si bien la fecha de inicio de negociaciones para renovar el acuerdo vigente es en febrero el escenario se complicó antes de tiempo.
Esto, producto de la falta de acuerdo entre los maestros de la Provincia de Buenos Aires -que cuenta con la mayor cantidad de educadores- y el Gobierno de Daniel Scioli.
El frente gremial, que agrupa a los principales sindicatos de la provincia (Suteba, Amet, Uda, Sadop, Feb y Udocba), reclama un incremento del 30% en el mínimo (de $2.400 a $3.100).
Además de ello, exigen que se blanqueen los $900 acordados a principios de año, que permitiera ajustar el básico al valor actual.
"Los docentes tienen sus salarios atrasados y ahora hay que acercarlos al promedio que surge del resto de las otras actividades", señalaron a este medio desde Sadop.
El sindicato exige, además, la eliminación de los topes en las Asignaciones Familiares y de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias.
En respuesta a una seguidilla de paros, el Gobierno de Scioli aceptó debatir toda esta serie de planteos que, en un principio, habían sido rechazados.
¿El fin del reparto de las Ganancias?
Desde el año pasado, el líder de la CGT viene haciendo pública su exigencia sobre que las empresas tienen que repartir un porcentaje de sus ganancias con los trabajadores.
Por orden de Moyano, el legislador Héctor Recalde convocó a todos los sectores a debatir esta cuestión en el Congreso. Aunque no logró conseguir la presencia del empresariado, ni contó con el apoyo de la bancada oficialista.
Frente a ello, el líder cegetista optó por redoblar la apuesta. Y no sólo siguió peticionando en el Parlamento, o en reuniones privadas con funcionarios del oficialismo.
Ya transformada la iniciativa en una suerte de "botín de guerra" y en una pretendida conquista en la que se ha mostrado dispuesto a desplegar todo su poderío, utilizó el acto del día del trabajador del 1° de mayo para exigir su aprobación.
Pero el silencio oficial obligó de nuevo a la CGT a probar otros caminos. La dirigencia sindical entonces ofreció restringir su alcance y moderar los puntos más cuestionados por el empresariado. Tampoco sirvió.
Pasadas las elecciones, el camionero volvió a la carga y con menos sutilezas desafió al kirchnerismo a enfrentarse con un estadio de fútbol lleno de trabajadores, como cuando colmó River en el 2010.
La negativa vino de Cristina Kirchner, quien ratificó que el reparto de ganancias "lo tiene que decidir empresarios y trabajadores, no lo puede hacer el Parlamento".
En definitiva, se trata de nuevas señales -y más intensas- de que la relación entre el Gobierno y el titular de la CGT está más debilitada que nunca, una cuestión que será clave para el "nuevo" mandato K que, por primera vez, tendrá que enfrentar una gestión con Moyano, más cerca de la vereda de enfrente.
 

FUENTE:Publicado en  www.iProfesional.com



 


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