jueves, 15 de diciembre de 2011

Insólito: Borges y 

Mafalda quedaron 

"varados en la Aduana"

 y editoriales anulan pedidos al exterior

Por Patricio EleiseguiiProfesional.com


Lo que comenzó como un ligero control a ciertos libros importados que desembarcaban en la Aduana, terminó convirtiéndose en un verdadero muro que hoy alcanza a prácticamente toda la industria editorial.

Así, y pese a que recientemente se conoció que fueron liberadas 135.000 Biblias que juntaban polvo en el puerto, las restricciones, lejos de aflojar, están a la orden del día: el Gobierno le ordenó a las principales empresas del sector -Santillana, Sudamericana,Planeta y Random House, entre otras- que supriman los trabajos de impresión que realicen fuera del país para volcar esa actividad en imprentas locales.

En principio, esta medida afecta principalmente a empresa gráficas uruguayas, que trabajan para las editoriales radicadas en la Argentina.

Desde el país vecino, fuentes del sector confirmaron a iProfesional.com que "hace algunas semanas llegó a todas las compañías un comunicado mediante el cual las trasnacionales del sector editorial, con operaciones en la Argentina, nos informaron que estaban imposibilitadas de continuar imprimiendo en Uruguay".

Este llamativo e inesperado pedido también fue ratificado por autoridades de la Cámara Uruguaya del Libro.

La exigencia a las editoriales para que realicen todo el trabajo de impresión en la Argentina no sólo afecta al país vecino, sino que también termina perjudicando a talleres radicados en Paraguay, México e, incluso, Asia, que desde hace años tienen contratos con sus clientes argentinos.

Colecciones de clásicos nacionales como Mafalda, o títulos de autores como el genial Jorge Luis Borges, dejaron de ser producidas en Uruguay al tener que realizarse íntegramente en el país.

Sin embargo, el mayor problema que enfrentan las editoriales que rescindieron sus acuerdos con firmas del exterior es que todavía no hallaron talleres locales capaces de absorber esa nueva demanda.

Otro caso donde se registran complicaciones es el de las guías de teléfono que reparten las operadoras a lo largo y a lo ancho de la geografía argentina.

Las mismas se venían fabricando en Uruguay pero, tras el pedido de no imprimir afuera, las compañías todavía no lograron cerrar convenios para llevar adelante la impresión que acaba de ser interrumpida del otro lado del Río de la Plata.

Algo similar ocurre con los manuales de instrucciones que acompañan a todo tipo de dispositivos y artefactos -tales como notebooks, televisores, lavarropas, heladeras, etc- dado que, al igual que en los casos anteriores, se producen también en suelo uruguayo.

Empresas, en alerta
El efecto de la medida no sólo amenaza con que se produzcan faltantes de títulos literarios o guías telefónicas, sino que además complica directamente la supervivencia de las compañías que imprimen en Uruguay.

En ese sentido, desde ZonaLibro, una de las principales impresoras del país vecino, indicaron a iProfesional.com que "la firma está funcionando al 50% de su nivel habitual".

"Normalmente, tenemos una capacidad de impresión de alrededor de 100.000 ejemplares por mes. En este momento estamos en la mitad de ese rango. La mayoría de las empresas están en una situación similar", precisó a iProfesional.com Sergio Suárez, director de ZonaLibro.

Esta baja en la producción derivó, además, en algo más grave: la suspensión de empleados, que comenzó a volverse una constante en la mayoría de las firmas impresoras de Uruguay desde el mes de noviembre.

"En nuestro caso, nos vimos obligados a reducir el personal en un 40%. Mientras no mejore la situación, estamos apelando al seguro de pago, es decir, al seguro de desempleo. La medida está siendo puesta en marcha en forma paulatina, pero si esto continúa así me temo que empezarán los despidos", reconoció Suárez.

El empresario señaló que un escenario similar muestra el resto de las empresas del segmento en Uruguay. "Todas se han visto tocadas de alguna forma, y empezaron también con las suspensiones de personal", se lamentó Suárez.

La regla del "1 a 1"
El endurecimiento de la política proteccionista en la Argentina obedece a la regla del "1 a 1". Es decir, por cada dólar importado se les exige a las empresas que operan en el mercado local un volumen de exportaciones por un monto similar.

El problema radica en que la mayoría de los importadores instalados en la Argentina no exportan productos porque solamente atienden el mercado interno.

La decisión de achicar el flujo de libros que llegan desde el exterior golpea de tal forma a Uruguay que una de las principales compañías impresoras, la multinacional Volt Information, ya habría tomado la decisión de desactivar su filial local Impresora Sudamericana.

"Es un rumor cada vez más fuerte. Es la firma número uno en el negocio gráfico de Uruguay.Impresora Sudamericana hace todas las guías telefónicas que circulan en la Argentina", destacó Suárez.

De este modo, empresarios del sector esperan que el presidente oriental, José Mujica, se ponga al frente del reclamo de las compañías y en la próxima reunión del Mercosur formalice la queja por la presión argentina a las editoriales.

"Es increíble que Argentina imponga un freno o impida que las editoriales impriman afuera considerando que, hace alrededor de un año, el mismo gobierno impulsó un acuerdo que garantiza la libre circulación y producción de libros dentro del Mercosur", se lamentó el empresario.

Una situación que va más allá de Uruguay
Desde la Cámara Uruguaya del Libro su vicepresidente, Boris Faingola, también hizo hincapié en los seguros de desempleo emitidos por varias firmas impresoras ante la decisión de las grandes trasnacionales de dejar de comprar producción oriental.

"Hay asociados que están siendo claramente perjudicados por este tema. La decisión de que Argentina imprima todo lo que consume no la discutimos. La cuestión es cómo lo están haciendo, sin tomar en cuenta los acuerdos que impulsó la propia Argentina", comentó Faingola a iProfesional.com.

"Que tres o cuatro de las principales trasnacionales se vean obligadas a no contratar proveedores en Uruguay es sinónimo de desempleo para nuestro país", dijo.

"Hoy por hoy ya no se encuentran libros demorados en la Aduana argentina y esto obedece a que la estrategia oficial no pasa tanto por frenar cargas en la frontera, sino directamente porcortar el abastecimiento", sostuvo el empresario.

Al respecto, Faingola aseguró a iProfesional.com que "la medida argentina es observada con preocupación por todos los que participan en el mercado regional".

"El último 29 de noviembre, en la Feria de Guadalajara, México, se discutió sobre el tema entre los asociados. Las empresas de Chile y Paraguay, además de Uruguay, figuran entre las más complicadas por esta decisión de interrumpir compras", aseguró.

A estas se agregan las firmas de México y España, donde "el Grupo Editorial Santillana fue uno de los más golpeados por el bloqueo aduanero".

Una industria local que avanza lentamente
Pese a la renovada decisión del Gobierno de promover la impresión a nivel local, lo cierto es que el mercado del libro en el país se encuentra claramente dominado por la importación.

Altos costos, capacidad de escala acotada y limitaciones tecnológicas son algunas de las variables que, según reconocen los empresarios del negocio, impiden a la industria local lograr un nivel de competitividad similar al de otros países, como España.

Según trascendió, en 2010 se comercializaron en el país alrededor 75,5 millones de libros. La industria gráfica imprimió en talleres nacionales sólo 16,7 millones, de manera que fueron importados casi 60 millones de unidades, casi el 80% del total.

FUENTE:Publicado en www.iProfesional.com

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