martes, 31 de enero de 2012

TAMPOCO SE CONSIGUEN PAN Y POLLO AL ANTIGUO PRECIO OFICIAL
Se terminó la “barata” del Gobierno en los grandes supermercados
Cronista.com
MARIANO GORODISCH 
Buenos Aires
¿Se acuerda de cuando era posible comprar el kilo de pan a $ 2,50, auspiciado por el Gobierno? El problema es que era muy difícil de conseguirlo: había que ir al supermercado apenas abriera. Encima, sólo daban un kilo por persona, que con el transcurrir de los meses bajó a 500 gramos, y luego a ocho pancitos, que no llegaban al medio kilo.
Desde el 31 de diciembre, cuando se acabaron los subsidios a la harina por parte del Gobierno, como informó El Cronista a principios de enero, directamente desapareció. Ahora, para conseguir un kilo de pan hay que pagar $ 13.
“Había un fondo de 30.000 toneladas de harina subsidiada al 40%. Y el que recibía esa harina, estaba obligado a vender el pan a precio oficial”, revela un supermercadista.
Con el pollo sucedió algo similar. Se vendía a $ 6 el kilo con menudos, luego subió a $ 8, pero sin menudos, con lo cual el impacto no era tanto, pero a fin de año el Gobierno le quitó los subsidios y ahora sale $ 10 el kilo, con menudos. El aumento tiene su razón de ser, ya que en Mataderos el cajón de 20 kilos se vende a $ 140, lo que da $ 7 el kilo.
Las “baratas” que impulsó el Gobierno fueron desapareciendo con el tiempo, al punto de hoy son inexistentes muchos de los productos que promocionaban ¿Recuerda las papas a $ 1,40 el kilo, las manzanas a $ 3 o los tomates a $ 3? Cuando este cronista fue a las distintas cadenas en busca de esos preciados trofeos, el encargado de la verdulería se le rió en la cara y fue tajante: “No pibe, eso hace mucho tiempo que no están entregando”, dijo. En el Mercado Central –donde se puede conseguir la fruta más barata del país– la manzana deliciosa se cotiza a $ 8 el kilo.
En las góndolas también hay una escasez de productos comunes, de todo tipo, desde limpieza hasta de almacén. Por ejemplo, las lavandinas tradicionales ya no las entregan más: ahora sólo hay concentradas o premium, cualquiera sea la marca, desde Ayudín hasta Querubín.
En las mantecas, una marca líder como Sancor ya dejó de hacer las comunes (La Serenísima lo había abandonado antes), que costaban $ 4 los 200 gramos, y ahora le agregan vitaminas D y E, con lo que las cobran el doble. Con las leches pasa lo mismo: ninguna de las dos marcas hace la común. Todas tienen calcio agregado, extra calcio, o son fortificadas con hierro. Así, las pueden cobrar más de $ 4 el litro. Hasta el año pasado, La Serrenísima tenía un dulce de leche de 400 gramos, el Actual, que salía $ 4, pero ahora cambio el packaging y el precio y cuesta igual que todos: casi el doble.
Con el azúcar ocurre algo similar: es difícil encontrar un paquete común de de Ledesma o Chango que salían $ 4, ahora las góndolas exhiben solamente las refinadas que cuestan $ 7 el kilo. Además, otro punto es que la Secretaría de Comercio Interior que dirige Guillermo Moreno viene trabajando desde hace más de tres años con un esquema de clasificación de todos los productos y marcas en tres categorías: masivos –para los cuales las subas autorizadas no superan el 3,5%–; selectivos –con un tope fijado en el 7%–, y los premium, para los cuales el incremento máximo se ubica en 9%.
De ahí que las marcas hacen mayor hincapié en la producción de productos premium.
“Con los alimentos pasa lo mismo que con la nafta. Si vas a una estación de servicio, la común ya no existe, gracias si conseguís la súper, porque todas son premium”, cuenta el director de un supermercado.
FUENTE:Publicado en www.cronista.com

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