sábado, 26 de mayo de 2012

Hacia el Operativo Clamor
INFORMADOR PUBLICO
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“Transferir la posta es ineludible”. La cuidadosa escenografía montada ayer por el gobierno en Bariloche y el extenso discurso presidencial fueron el marco para esta frase, que apunta a instalar en la sociedad la idea de que CFK ha iniciado su repliegue del poder, que culminaría en el 2015. Sin embargo, hay elementos suficientes como para suponer que el cristinismo estaría ajustando su estrategia con el propósito exactamente inverso. En las últimas semanas, distintos hechos marcaron cambios en el tablero político nacional. Para empezar, con la admisión pública de sus aspiraciones presidenciales, Daniel Scioli instaló una interna cotidiana entre su candidatura y la re-reelección de CFK. En esta competencia, al menos por ahora, el gobernador corre con ciertas ventajas, porque su imagen está menos desgastada que la de Cristina y, sobre todo, por el hecho de que su candidatura es jurídicamente posible y la de ella no. Otro factor que obliga al gobierno a repensar su estrategia es que la interna de la CGT se está encaminando hacia una solución que tiene antecedentes históricos. Habría dos centrales obreras y así Hugo Moyano eludiría su derrota. Dos CGT no sería un buen resultado para la Casa Rosada porque bien puede ocurrir, como ya lo demostró el metalúrgico Antonio Caló días atrás, que los sindicatos oficialistas terminen compitiendo con el moyanismo en cuanto a sus reclamos al gobierno. Por último, se puede registrar una incipiente corriente anti reforma constitucional. Tanto el gobernador salteño Juan Manuel Urtubey como sus colegas José Manuel de la Sota y Scioli son silenciosos operadores contra la eternización del cristinismo. A su vez, las dos figuras más empinadas de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti y Eugenio Zaffaroni, difundieron simultáneamente su oposición a la reforma, sin que ninguno de los demás ministros dijera nada en sentido contrario. Por último, pero tal vez lo más importante, el humor social cambia a medida que baja el consumo y se instala la recesión con inflación. En este contexto de malhumor social, cualquier gesto de Cristina mostrando su intención de conseguir un tercer mandato sólo podría cosechar rechazos.
Un paso atrás, dos adelante
Frente a un panorama desfavorable, la reacción del cristinismo consistiría en repetir la exitosa estrategia seguida por la presidente entre mediados del 2009 y mayo del 2011. Luego de que la lista de candidatos a diputados nacionales que encabezara Néstor Kirchner en Buenos Aires fuera derrotada por Unión PRO el 28 de junio, Cristina empezó a plantear serias dudas acerca de si aceptaría ir por la reelección en el 2011. En un punto llegó a afirmar públicamente que aquél era su último mandato. De este modo se instaló la duda en la sociedad y ella se benefició, porque quedó fuera de la puja entre los precandidatos. Así fue que se mantuvo el suspenso hasta último momento, cuando a días de vencer los plazos legales para la presentación de las candidaturas para las primarias, CFK dio finalmente el sí. Y después de vencer el 23 de octubre se sinceró reconociendo que jamás había dudado sobre el rumbo a seguir. O sea que su paso al costado había sido una argucia muy bien llevada.
Con el nuevo supuesto paso al costado, ella apuntaría a mejorar su imagen, tomando distancia de la lucha por el poder y transfiriéndoles el desgaste que la misma produce a Scioli y Macri. Mientras tanto, hay indicios de que el cristinismo pondría en marcha un recurso clásico, el montaje de un nuevo “operativo clamor” para que haya reforma constitucional y se habilite la reelección. La opción a presentar sería Cristina o el caos, para lo cual sería necesario que Scioli continúe bajo fuego amigo y perdiendo gobernabilidad. De hecho, el gobernador está cada vez más encerrado por el fracaso de la sanción del proyecto de ley impositiva. El costo político de hacer los cambios por decreto no sería bajo y el próximo martes es el día clave al respecto. Mientras tanto, y más allá de lo que finalmente suceda con la mentada Ley Impositiva, la situación del bloque del Frente para la Victoria en la Cámara baja es muy complicada. El presidente de la bancada, Juan De Jesús, acusa a Gabriel Mariotto de empiojar la negociación de la ley. Ahora la respuesta serían furibundas operaciones que nacen en su propio bloque y que buscan desplazarlo de la presidencia del mismo para colocar a un legislador acordado entre La Cámpora, representada por el Vicepresidente Primero de la Cámara, José Ottavis, y el Movimiento Evita. Un dirigente de este sector, Fernando “Chino” Navarro, se anota para suceder a De Jesús. Esta pulseada tiene proyección porque, si cae De Jesús, se estaría cerrando el círculo sobre Scioli y su debilidad al perder totalmente el control de la Legislatura podría obligarlo a eludir cualquier movimiento que refuerce sus aspiraciones presidenciales. Por otra parte, la posibilidad de que el cristinismo convierta al ex motonauta en su candidato para el 2015 parece sencillamente inviable. Si algo tienen en claro en Olivos es que aquél jamás garantizaría la no revisión judicial de la larga lista de casos de corrupción de los últimos nueve años.
Por último, la nueva estrategia cristinista para conseguir la reforma, a partir del discurso de ayer, apuntaría a las elecciones del año que viene. Para entonces y según estos planes, se conjugaría un gran triunfo electoral del FpV junto con la amenaza del vacío de poder si Cristina no da nuevamente el paso al frente.
 FUENTE:Publicado en http://site.informadorpublico.com/?p=11891

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