domingo, 24 de junio de 2012

Las mentiras del gobierno son cada vez más grotescas
Por Alfredo Weinstabl
INFORMADOR PUBLICO
Hace sólo unos pocos días atrás el gobierno por intermedio de su vocero oficial, la presidente Cristina Kirchner, anunció un ambicioso plan para construir en el término de cuarto años, 400.000 viviendas.
Desde ya varios años la estrategia oficial para ocultar sus cada vez más visibles fracasos y derrotas, empleó estrategias muy diversas: desde apelar al conocido sentimentalismo de los argentinos, el exacerbar el nacionalismo y el patrioterismo, hasta el anuncio de megaproyectos. En todos los casos la técnica más utilizada para ello fue la charlatanería presidencial.
Pero lamentablemente tanto va el cántaro a la fuente hasta que al final se cae y se rompe. Todo hacía creer que estas estrategias, por ser ampliamente conocidas por casi todos los argentinos, ya no sorprendían y por lo tanto habían perdido toda eficacia.
Pero en realidad la tozudez y tenacidad del gobierno, en su intento de aferrarse desesperadamente en el poder, decidió emplear una técnica nueva con la cual engañar o manipular la voluntad de los ciudadanos: el empleo de lo grotesco y lo absurdo.
A solo un poco más de una semana del cacerolazo, señal más que clara imposible, del descontento popular en la clase media, Cristina en un desesperado intento de calmar los ánimos, oficializó un plan de crédito para la construcción de 400,000 nuevas viviendas en los próximos cuatro años, al que podrán acceder familias sin un mínimo de ingresos y que perciban hasta 6,690 dólares.
El gobierno intenta con ello tapar las cada vez más su descalabro financiero, su desquiciada economía y dificultades de todo orden, que ya afloran violentamente por doquier.
Las erróneas políticas hicieron que la mandataria en uno de sus tantos discursos, expresara “que el mundo se nos está cayendo encima”. Nuevamente una ficción en la óptica de Cristina: no es “que le mundo se nos está cayendo encima”, sino “que nos estamos cayendo del mundo” que es totalmente diferente y cuya responsabilidad es enteramente de la gestión empezada en el 2003 por “El”, y seguido con leves y pésimas variantes por “Ella”.
Todo aquel ciudadano, con solamente un dedo de frente (¡Un solo dedo!) puede darse cuenta que el anuncio presidencial es nuevamente un cuento similar al ya famoso “tren bala”, solo que aplicado al rubro inmobiliario.
Una simple cuenta que apareció en internet y que transcribo, muestra la fantasía maligna de la presidente: Un año tiene 365 días y cuarto años en consecuencia, 1.460 días.
Un día tiene 24 horas, luego 1.460 días tiene 35.040 hs. Ello nos arroja este sorprendente resultado: Se terminan 273 casas por día, es decir 11 casas por hora.
Soy consciente que es una forma simplista y elemental de hacer el cálculo, por lo cual seguramente es imperfecto. Pero también bastante aproximado.
De ser cierto, no caben dudas que el kirchnerismo encontró la fórmula para solucionar el terrible flagelo de la permanente y cada vez más pronunciada falta de viviendas en nuestro país, que ningún gobierno, de ningún signo, logró solucionar.
De lograrlo realmente la gestión de los Kirchner ganará un lugar privilegiado en la Historia del país. La pregunta que surge de este planteo, es porque recién ahora después de casi diez años de gobierno se les ocurre este “excelente” plan. ¿Tal vez porque en el año 2003 Kicillof era aún un joven casi adolescente, sin capacidad para asesorar al mandatario?
Hubo varios planes de viviendas en este período, pero que pasaron sin pena ni gloria y sin concretarse. Entre ellos el tristemente affaire del Plan de Viviendas de las Madres de Plaza de Mayo.
Pero en este plan hay algo más nefasto y perverso aún: el plan será financiado con créditos a muy bajo interés de fondos provenientes del ANSES.
“Con el mayor de los desparpajos, el Gobierno acaba de propinar dos fuertes golpes a los actuales y a los futuros jubilados, es decir, a la enorme mayoría de la población. El martes anunció que empleará los fondos de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSeS) para financiar un plan de créditos accesibles para construir viviendas, y el jueves confirmó que seguirá desobedeciendo a la Corte Suprema y no actualizará las 5.600.000 jubilaciones del país aplicándoles el 82 por ciento móvil.” (ref. 1)
En realidad no habría mayores objeciones si la ANSES hiciera un buen negocio para incrementar los fondos para los jubilados. Pero prestar fondos previsionales a tasas bajísimas, del 2 al 14 por ciento anual, con una probable inflación cercana al 30%, constituye a todas luces, un pésimo negocio para los futuros jubilados.
El saquear los fondos de los jubilados y sus empleadores para satisfacer necesidades populistas y demagógicas del gobierno, constituye por si solo una perversa ruindad.
Pero jugando con esos objetivos, rifando los fondos de la clase pasiva, constituye, lisa y llanamente, un atropello a la racionalidad y un verdadero acto criminal.
¿Alguien sabe acaso, de algún proyecto de los tantos que presentó el gobierno, que haya tenido éxito a lo largo de estos nueve años?
NOTAS:
1.- Editorial – “El saqueo a los jubilados” – Diario La Nación, 17-06-12.
Dr. Alfredo Raúl Weinstabl
 Fuente:Publicado en www. informadorpublico.com

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