viernes, 19 de abril de 2013

"Ay patria mía"
OPINION: Carlos Alberto Lynch
Si dijéramos que el poder judicial no necesita ninguna reforma, no diríamos toda la verdad, puesto que efectivamente necesita una reforma, pero esta que se pretende llevar adelante en realidad se trata de una exigencia del poder.
En nuestro parecer, la reforma constitucional de 1994 no cumplió con las expectativas en cuanto al poder judicial. La creación del Consejo de la Magistratura en lo que a su composición se refiere profundizo la estructura corporativa de la justicia, ya que dejó en manos de abogados, jueces y políticos su representación, tampoco mejoró la administración de justicia, cosa que no necesita mucha demostración si el anhelo es de una justicia rápida y barata.
Pero ahora de lo que se trata, no es otra cosa que poner la justicia al servicio del poder. Veamos:
Qué significan las medidas cautelares, son nada más que remedios prontos y eficaces para hacer efectivos derechos y garantías consagrados en la Constitución Nacional. La reforma que se intenta, reglamentaria la forma de ejercer esa medidas cautelares, que es lo mismo que reglamentar esos derechos. Y los derechos cuando se reglamentan dejan de ser derechos. Buscan por la vía de reglamentar las medidas cautelares lo que tienen vedado hacer por otra vía. En realidad están disfrazando la cuestión central y de fondo.
Que significa la elección directa de los miembros del Consejo de la Magistratura, sencillamente la justicia nacional y popular. O acaso alguien se imagina que politizada la elección de jueces, fiscales y camaristas las agrupaciones políticas van a llevar en sus listas intelectuales del derecho o personas que tengan acrisolada en sus conductas grandes méritos morales, a esta altura de los acontecimientos políticos en la argentina. Lo que vamos a conseguir, eso sí, es una justicia nacional y popular, como aquella justicia que a principio de los siglos prefirió a Barrabas y entregó a Jesús.
Qué significan nuevas cámaras de casación. La casación es una creación de la jurisprudencia francesa, es un tribunal de alzada al cual recurre, la cámara toma el fallo, fija la doctrina aplicable y devuelve los autos al tribunal inferior. Esto de por sí no hace más barata ni más rápida la justicia. Eso sí, bloquea la competencia de la corte.
Por último, una objeción más. Después del Memorándum con Irán la conducta del gobierno en cuanto a su buena fe y la pulcritud en sus procedimientos, están en tela de juicio si de garantías y derechos se trata. La historia, nos ha enseñado que en estas cuestiones con el peronismo hay que andar con pies de plomo. Atenti.
Casa vez que ocurren estas cosas, me acuerdo de las últimas palabras de Belgrano, "Ay patria mía".
Carlos Alberto Lynch (Dip. Nacional (M.C.)
FUENTE: Publicado en Opinión Ciudadana

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