miércoles, 10 de abril de 2013

Inundaciones
Alerta metereológico: los requisitos básicos
Por Antonio E. Brailovsky*    
Luego de las tormentas en la Provincia y en la Ciudad, uno de los puntos que aún se discuten es la falta de un alerta meteorológico eficaz que podría haber ayudado a aliviar el desastre. Hoy hay dos problemas con el sistema de alertas: la falta de tecnología y la falta de organización.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) hace cuanto puede con los medios que tiene, pero éstos son pocos:
  • No dispone de radares propios; utiliza otros gracias a convenios. 
  • No dispone de un satélite; alquila un satélite norteamericano. 
  • Muchas estaciones meteorológicas, necesarias para poder interpretar lo que se ve en los radares y los satélites, comparándolas con lo que se observa en el terreno a medida que avanza una tormenta, fueron desmanteladas. Se encontraban en las estaciones del ferrocarril y se perdieron al momento de la privatización. Tales carencias impiden al SMN informar rápido y de manera certera.
Luego está la difusión de la advertencia. Un aviso de alerta en medio de la madrugada es muy poco útil si no se toman medidas activas para prevenir a la población, acercándose a ella, informándola y despertándola para que tome las medidas apropiadas. Camionetas con megáfono recorriendo la ciudad pueden ser mucho más útiles que un anuncio por radio o televisión.
Por último, se necesita una preparación previa: saber qué significa el alerta y qué debe hacerse. Antes de la tormenta mucha gente la interpretó como un aviso de granizo y se quedó en sus casas creyendo que era lo más seguro. En algunos casos, fue lo peor que podían hacer.
Para poder evacuar a las personas, por ejemplo, es necesario que ellas sepan que deben hacerlo en caso de inundación, y sepan a dónde deben dirigirse.
En estos casos, ni siquiera estaban delimitadas las zonas de riesgo hídrico (aún cuando se sabía qué zonas podrían inundarse) debido a la presión de un mercado inmobiliario que hubiese visto afectadas sus precios de venta si existía una advertencia pública por inundaciones.
Sin llegar a los ejemplos de los Estados Unidos, donde durante la tormenta Sandy en Nueva York las compañías de celulares rastreaban la ubicación de sus clientes y advertían a quienes estaban en zonas de peligro, en la Ciudad de México el último gran temblor, 7.3 en la escala de Richter, no tuvo consecuencias mortales gracias a la preparación de la población, que supo actuar frente a la situación.
Las grandes obras de infraestructura pueden ayudar, pero tardan en llegar e incluso terminadas tendrán un límite sobre cuanto pueden soportar. El sistema de alertas seguirá siendo necesario para aliviar las grandes catástrofes climáticas que vendrán.
*Historiador ambiental, autor de varios libros sobre el tema, entre ellos "Buenos Aires, Ciudad Inundable". Profesor de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Fuente: Publicado en Chequeando.com

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