jueves, 11 de abril de 2013

Las inundaciones y la oposición-K
No se puede exagerar la tragedia y dolor que le ha tocado vivir a los damnificados por las inundaciones en la ciudad de Buenos Aires, La Plata y otras regiones de la Provincia de Buenos Aires.
Las inundaciones y la oposición-KMucho se ha escrito, correctamente, sobre la desidia y responsabilidad de un gobierno que prefiere gastar recursos en publicidad oficial y Fútbol Para Todos sobre las inversiones públicas que hubiesen, posiblemente no evitado, pero ciertamente salvado vidas ante tormentas como las de la semana pasada. El kirchnerismo tiene un claro problema de prioridades. Un gobierno que hace uso y abuso de los recursos públicos para disciplinar y castigar a competidores políticos a expensas del ciudadano no puede justificarse en la mala suerte (“la lluvia no es radical ni peronista”) ni puede evitar cargar con una responsabilidad mayúscula sobre todas las obras que no se hicieron. Sectores de la oposición, sin embargo, al acompañar a lo largo de los últimos años medidas populistas del kirchnerismo cargan también con una importante responsabilidad. El caso de la expropiación de YPF es un ejemplo clarificador.
El ahogo económico que el proyecto “Nac & Pop” impuso sobre el sector energético vía congelamiento de precios y tarifas llevó a un proceso de desinversión y a la pérdida de la “autosuficiencia energética.” De allí la necesidad de importar energía de otros países. En un acto de puro populismo y demagogia se decide expropiar (saltándose los pasos que establece la Constitución Nacional) Repsol YPF y la misma pasa a ser virtualmente manejada por servidores públicos nombrados por el Kirchnerismo. La producción energética no aumentó, lo cual no debería sorprender a nadie. Por el contrario, las necesidad de importación de energía se siguen incrementando dado el aumento en la demanda de energía y en la caída de la producción. Los recursos destinados a la importación de energía podrían haberse utilizado en la construcción de obras públicas que hubiesen contribuido a disminuir la tragedia de la semana pasada de haber tenido una política económica coherente y atraer inversiones en lugar de ahuyentarlas con expropiaciones para la tribuna. Sin la participación de un sector privado atraído por las perspectivas futuras del país, el estado debe elegir entre financiar la importación de energía o ocuparse de la infraestructura del país. De haber permitido el desarrollo de un sector energético pujante los mismos recursos podrían haberse asignado a infraestructura, mientras que los recursos del sector energético provienen de inversores locales e internacionales.
¿En qué estaba pensando la oposición cuando votaba a favor de una expropiación (inconstitucional) como la de YPF? ¿Pensó esta oposición-K de dónde saldrían los recursos necesarios para afrontar el costo de la expropiación? ¿Acaso votar la expropiación por que así lo “manda el corazón”, como se expresó algún representante, es un argumento válido para justificar el despilfarro en un populismo que se cobra vidas (Once, inseguridad cotidiana, inundaciones, etc.)? Es cierto, los problemas energéticos son anteriores a la expropiación de YPF, pero la oposición que acompañó tal medida avaló la política populista cuyo fracaso no se puede esconder y, como tal, no deja de ser un ejemplo ilustrativo de que la responsabilidad política no cae sólo en el gobierno nacional, sino también en quien avaló y contribuyó a construir el populismo K. ¿Cuántos de los opositores-K que votaron la expropiación de YPF están hoy cuestionando hoy el uso de recursos del kirchnerismo? ¿Qué hubiese hecho distinto la oposición-K y los que se dejan “llevar por el corazón” si hubiesen estado a cargo de la cantidad de recursos de la que dispone el Kirchnerismo? Pensar que una medida es eficiente por qué así lo dictan sentimientos nacionalistas denota un grave grado de confusión. Un dirigente que al momento de defender las instituciones se deja llevar por el corazón, y no por la razón, es altamente peligroso. No es su fortuna la que este tipo de dirigente somete a sus ánimos nacionalistas, sino los recursos tributarios de sus votantes.
Casos como el de YPF muestran que hay sectores de la oposición que, cuando tuvo espacio, acompañó el desmanejo de recursos del gobierno. Este no es el único caso, la estatización de las AFJP y acompañar un inentendible pacto con Irán son ejemplos del mismo tipo de actitud. ¿En qué estaba pensando la oposición cuando avaló la expropiación de los fondos de retiro y pensión del contribuyente para ponerlos en manos de la ANSES? Si había posibilidad de elegir entre las AFJP y el estado, ¿no es un rasgo típico del autoritarismo K el quitar la posibilidad de elegir al ciudadano? ¿Cuántos de los que votaron la estatización de las AFJP hoy critican la administración de los fondos que hace la ANSES?
Ser oposición en serio no es cuestionar la política del día a día, ni cuestionar arbitrariedades obvias como la del Indec. Ser oposición en serio tampoco es cuestionar el mal manejo de recursos que el mismo opositor votó en el Congreso. Ser oposición en serio es oponerse a esos mismos atropellos institucionales que han acompañado en más de una ocasión cuando se dejaron llevar por el corto plazo; tal cual hacen los gobiernos populistas.
El populismo, sea K, sea de la oposició-K, o sea de cualquier parte del mundo, tiene costos duros e ineludibles. En un país manejado por el kirchnerismo y una oposición-K no se puede exagerar la importancia de las instituciones republicanas, la seguridad jurídica de la propiedad privada y de las libertades individuales. La inundación de la semana pasada son una cruenta muestra que las instituciones no son un juego teórico y de semántica, sino que son un estandarte fundamental del crecimiento y desarrollo de las naciones. 
Nicolás Cachanosky es Editor de: Punto de Vista Económico
Publicado en Punto de Vista Económico

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