jueves, 31 de octubre de 2013

CON MIRADA CRÍTICA

María Celsa RodríguezPor María Celsa Rodríguez
¿Será que hemos aceptado complacientementes un guión que nos aleja de la realidad? ¿Que hemos acatado un relato con el cuento de " una década ganada" donde empeñamos todo y recibimos poco? Tenemos un alto criterio intelectual como para creer  que todo ha sucedido tal como nos hicieron creer que fue la historia
Esta fábula de tontos que llenan los espacios publicitarios y ensalzan a personajes  que solo se enriquecieron de fama, de fortuna y se hicieron populares líderes aplaudidos y convocados por multitudes durante esta década en que también ganó la pobreza, la inseguridad, la inflación, la mediocre educación publica, la falta de inversiones en energía, la droga, la falta de viviendas, la falta de valores en una sociedad cada vez mas violenta, que según los analistas, dan un panorama muy negativo a largo plazo, y  fueron los argumentos repetidos durante las campañas políticas por toda la línea opositora,  y que solo quedaran en criticas sin encontrar soluciones profundas.

Vemos que muchos han tomado conciencia que durante este tiempo fueron engañados y estuvieron aplaudiendo un relato equivocado, y diseñado  por quienes miraban el poder como una escalera a sus propias ambiciones y no a atender las necesidades de la gente.
Han caído en la cuenta que vamos hacia una tormenta perfecta con una inflación desbocada, sin reservas, con un cepo cambiario: sin dólares  y con un gasto publico insostenible. Como  Schumpeter analizó en «La crisis del Estado fiscal», sobre el mal de la inflación, sobre el equilibrio presupuestario, sobre las consecuencias a la excesiva regulación de la actividad económica, sobre la importancia  del empresario innovador, sobre el valor  del ahorro, de los efectos negativos que  causan la  presión fiscal exacerbada y del impulso que la  tecnologías tiene en el desarrollo económico. Dijo que «Si la gente demanda más y más gasto público; si se utilizan cada vez más recursos para fines ajenos a los objetivos para los que los individuos particulares los desarrollaron; si cada vez la demanda de servicios tiene mayor apoyo en el poder público; y si finalmente nuevas ideas sobre la propiedad privada dominan a la población en todos sus estratos, en tal caso, el Estado fiscal habrá dado por terminada su evolución y la sociedad tendrá que basar su economía en principios diferentes del interés propio. No cabe duda de que es posible alcanzar este límite y con él surgirá una crisis a la que el Estado no sobrevivirá»
Es decir  cuando mas ambiciosas sean las pretensiones del Estado en poner énfasis a solucionar todos los problemas mas allá de sus propias limitaciones y crear un estado de bienestar sostenido para todos, mas rápido colapsará sobre sus bases.
Como dijo Hayek en "Camino de Servidumbre": "El bienestar y la felicidad de millones de gentes no pueden medirse con una sola escala de menos y más. El bienestar de un pueblo, como la felicidad de un hombre, depende de una multitud de cosas que pueden lograrse por una infinita variedad de combinaciones. No puede expresarse adecuadamente en una finalidad singular, sino tan sólo en una jerarquía de fines, en una amplia escala de valores en la que cada necesidad de cada persona tiene su sitio".
A pesar de todo se sigue elogiando el discurso oficial, manteniendo el circo en acción, como si todo estuviera bien y lucieran tras su sonrisa  y sus gestos soberbios sus propias incapacidades, dando la espalda a la realidad y a los verdaderos problemas que nos preocupan a todos.

Si bien es cierto que, en algunas provincias como en Chaco y Formosa, el oficialismo ganó con alto  margen que superó el 60 %, también es cierto que quienes les votaron son aquellos que están en la "gran fabrica estatal": los empleados publicos, los que reciben planes, los becados, los contratados de obra a pesar que trabajan en negro para el estado, los que reciben tarjetas alimentarias o  vales para comprar alimentos, los que pagan favores. Son estos los clientes voluntariosos que suman votos.

Pero la pregunta aquí es ¿como valoramos  la acción de quienes gobiernan y que luego se candidatean para otro mandato, haciendo un  balance favorable o desfavorable a la hora de votar? ¿Observamos con mirada crítica si han sabido cumplir el encargo dado de defender los intereses de cada uno de los representados?  Es cierto que no podemos medir con eficacia cuando de actividad legislativa se trata, ya que en el Congreso hay muchos  "levantas manos" que poco esfuerzo hacen en su trabajo parlamentario. Pero hoy los políticos no son como los de antes, ahora se han convertido en mediáticas estrellas, que se pasean por los programas de televisión, incluso los hemos visto en los programas de chimentos,  lugares que antes estaban totalmente vedados para un candidato de cualquier partido. El manejo histriónico y un "modus operandi" de sonrisas y poses, enciende de carisma al personaje que  encabeza una lista .
Pero la critica válida es que la política esta muy desprestigiada, aunque  creo que son los políticos los que la han desprestigiado, como consecuencia de su saturada ambición ,  por  la corrupción, las promesas incumplidas,  las irresponsabilidades, y su propia vanidad, la  han ido manchado.

Si bien la democracia avanza o retrocede,  se fortalece y se perfecciona generación a generación, es necesario también aunar esfuerzos con la colaboración de todos los organismo sociales y políticos y  de cada una de las instituciones para que la sostengan  en la búsqueda de un diseño mas perfectible, construyendo caminos de consensos colectivos para hacer un país mas justo, mas unido, mas libre y mas democrático. 

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