miércoles, 12 de febrero de 2014

¿ESTAMOS REALMENTE EN CRISIS?

Las desventuras políticas derivaron en que Cristina se recueste abiertamente hacia La Cámpora, agrupación que cada vez ocupa mayores espacios en el andamiaje del poder y, Axel Kicillof su ministro preferido.
Por: Aldo Norberto Bonaveri
La coyuntura nacional es noticia permanentemente, el final de 2013 concluyó dejando en descubierto un menú de errores cometidos por el Gobierno en “la década ganada”, especialmente desde que Cristina Fernández dirige los destinos del país. Con la llegada del nuevo año, y con el gabinete remozado, sin que se reconocieran explícitamente los desaciertos, se ensayaron cambios en la economía, algunos obligados por el mercado y otros, producto de improvisaciones emparchadas por nuevas impremeditaciones.
Por estos días, algunos analistas catalogan la situación de crisis. ¿Estamos realmente en crisis? Seguramente no habrá unanimidad de criterios; no exclusivamente por el nivel de dificultad que cada uno advierte, sino también por la interpretación que se hace del término. En muchos casos el subconsciente tiende a asociarlo con los episodios de 2011; objetivamente no existe comparación, el contexto de entonces era mucho más grave.
No obstante, para evaluar la exegesis resulta pertinente recurrir al diccionario de la Real Academia, en sus acepciones aplicables al caso:
2. f. Mutación importante en el desarrollo de otros procesos, ya de orden físico, ya históricos o espirituales. 3. f. Situación de un asunto o proceso cuando está en duda la continuación, modificación o cese. 6. f. Escasez, carestía. 7. f. Situación dificultosa o complicada.
En consonancia con tales definiciones el escenario es de crisis, sin que esta sea aguda, ni mucho menos terminal. Las preocupaciones instaladas radican en síntomas pesimistas que genera el propio Gobierno: No reconocer los errores y reincidencia en los mismos, diagnóstico extraviado, carencia de plan integral, obviar las causas que provocaron el desbarajuste y ensimismarse.
La incompetencia es tal que se llega a esta situación en tiempos de un contexto internacional totalmente favorable; solo es suficiente apreciar los progresos operados en estos diez años en casi toda Sudamérica. Excepto Argentina y Venezuela en la región no hay inflación superior al 5%; Desde el 2010 a la fecha las reservas se duplicaron, triplicaron y hasta cuadruplicaron, las inversiones llegan sin dificultad y el crecimiento no se ha detenido.
La presidenta acrecienta su histeria, alucinada en conjeturar conspiraciones por doquier. Ella persiste en endilgar los problemas que no sabe resolver a empresarios, comerciantes, productores, medios, periodistas y opositores. En sus peroratas no existe la autocrítica, soslaya la inflación y tampoco tienen cabida el problema energético y la inseguridad.
Fiel a su estilo autoritario no morigera en descreditar a quienes no siguen a pie juntilla su pretensiones; ahora llegó el turno al propio líder de la CGT oficialista, Antonio Caló, quien “osó” expresar que los salarios no les alcanzan a los trabajadores, más aún le molestó a la mandataria una conversación de éste con su colega Hugo Moyano, intuyendo se organizaran reclamos conjuntos. Algo tan lógico frente a los previsibles desacuerdos que se avecinan por la imprescindible recomposición salarial.
Las desventuras políticas derivaron en que Cristina se recueste abiertamente hacia La Cámpora, agrupación que cada vez ocupa mayores espacios en el andamiaje del poder y, Axel Kicillof su ministro preferido. Tal inclinación genera incipiente descontento y desinteligencias en el propio gabinete, como en sectores del PJ, que aún no se atreven a plasmar públicamente.
El ministro de Economía es observado con recelo por algunos de sus pares, pero también por ciertos gobernadores, intendentes y legisladores, quienes como la mayoría de los observadores advierten que la marcha de las variables económicas es errática.
El tema urticante del momento es la inflación, tras tres años de oscilar en torno al 25%, el año pasado las consultoras privadas indican que el índice anduvo entre el 28% y el 30%, (la imprecisión obedece a que el dibujo del INCEC es tan ridículo que ni merece mención). La evaluación se complica aún más a partir de diciembre, con incremento de precios superiores al 3,5% mensual. En enero la trepada estaría alrededor del 6%, en tanto para febrero, si bien recién estamos transitando el primer tercio, inevitablemente la repercusión será alta, habida cuenta los aumentos operados en naftas y peajes, que repercuten directamente en los fletes. Si bien es aventurado predecir cuál será la inflación anual, el arrastre y las derivaciones hacen suponer que estaremos por encima del 35%.
Sobre el particular, lo más inquietante es que nada se hace para atacar las causas. La propia retroalimentación que estamos observando, sumado a las derivaciones que traerá aparejada una discusión en paritarias que se presenta como difícil dirimir, sin considerar el comportamiento del dólar en los próximos meses, y sumado a su ineficacia histórica, hacen suponer que los precios no se comportaran tal como los pergeño el equipo de Kicillof.
La imagen política del Gobierno tampoco da motivos para ser optimistas. El jefe de Gabinete, Jorge Capitancih llegó a sus funciones con alto perfil y dispuesto a revertir la opacidad de la cartera y de todo el PE, en sus primeros días supo generar expectativas, pero en tan 3 meses su imagen quedó totalmente desdibujada. Seguramente él pensaba que estaba ante la gran oportunidad de encumbrarse de caras al 2015. La realidad marca que debió retractarse de diferentes anuncios, rectificado en su momento por De Vido y Kicillof, para llegar al grotesco la semana pasada con la total desautorización del Fútbol para Todos, una orden de la presidenta tiró por tierra todo cuanto había lucubrado y acordado.
Por si fueras poco el viernes pasado se conoció la citación indagatoria del sospechado vicepresidente de la nación, Amado Boudou, en la causa que se le sigue por impúdico levantamiento de la quiebra de la ex Ciccone Calcográfica. La situación del hombre elegido por Cristina para acompañarla en la formula en 2011 está seriamente comprometida, y la presunción en la sociedad es tal que actualmente es el político de peor imagen
Finalmente cabe indicar que la otra “perlita” de la semana, fue el exiguo incremento dispuesto para los jubilados del 11,37%, cuyo emolumento mínimo será en marzo del $ 2.757, lo que significa en términos reales una pérdida real con relación al mismo mes del 2013 superior al 12,5%
¿Estamos realmente en crisis?, cuanto menos en serios problemas.
ENVIADO POR SU AUTOR   http://www.pregonagropecuario.com/cat.php?txt=4981#1bdxmmcpG6PZykl6.99

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