martes, 2 de diciembre de 2014

La guerra del petróleo actual y la de 1986

ImageLa guerra comercial entre Estados Unidos y Arabia Saudí ha estallado por el suministro del petróleo mundial. De aliados han pasado a enemigos y el conflicto ya se ha cobrado sus primeras víctimas en el sector petrolero.
En diciembre de 1985 se produjo una reunión en el Ministerio del Petróleo de Arabia Saudí que cambió el panorama energético mundial durante los siguientes años.
Desde 1973 la política petrolífera del primer productor de petróleo del mundo fue reducir el abastecimiento, en coordinación con el resto de países que componen la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), para elevar el precio del barril de crudo en represalia por el apoyo de Occidente a Israel en la Guerra del Yom Kippur.
Los Estados Unidos respondieron incrementando su producción de petróleo al máximo de su capacidad para garantizar el suministro de petróleo a su economía, dependiente del oro negro.
Durante años cientos de explotaciones petrolíferas habían emergido en Estados Unidos al calor del elevado precio del barril de petróleo, que pasó de 3 dólares en octubre de 1973 a 31 dólares en noviembre de 1985.
Para destruir a su competencia, los saudíes planearon un súbito incremento en su producción de petróleo. El objetivo era inundar los mercados mundiales con petróleo barato y hundir su precio, de manera que las incipientes explotaciones norteamericanas dejaran de ser rentables.
Los saudíes sabían que, mientras ellos podían aguantar el impacto del petróleo barato, sus competidores en Estados Unidos no.
Semanas antes de que se produjera esta reunión en el Ministerio del petróleo saudí, el barril de crudo WTI de referencia en Estados Unidos llegó a cotizar en 31,72 dólares. En marzo de 1986, apenas cuatro meses después, el mismo barril llego a valer un mínimo de 10,42 dólares.
Gracias al giro de 180 grados en la política de producción de petróleo de Arabia Saudí, el precio del barril de petróleo se hundió un 67 por ciento, provocando el cierre de decenas de explotaciones petrolíferas en Estados Unidos en los meses siguientes.
Con este movimiento, Arabia Saudí destruyó a sus competidores estadounidenses y se aseguró la supremacía mundial en el mercado del petróleo durante los siguientes 20 años.
La historia se repite
Desde hacía décadas se tenía conocimiento de los enormes yacimientos de ‘shale oil’ -o pizarra bituminosa en español- en Estados Unidos y Canadá. Sin embargo, la difícil extracción de este nuevo tipo de carburante hacía que éste no fuera rentable si el precio del barril de petróleo era inferior al rango de 60-80 dólares.
En julio de 2005 el barril WTI de referencia en Estados Unidos superó por primera vez en la historia la cota de los 60 dólares. Desde hacía dos años, en previsión de que este día llegase, el Gobierno de Estados Unidos había iniciado el programa de desarrollo de la industria del shale oil y ya en 2005 había comenzado a expedir licencias para llevar a cabo la explotación efectiva de estos yacimientos petrolíferos.
Durante los últimos años la industria del shale oil en Norteamérica ha revolucionado el panorama energético mundial. Entre los numerosos hitos que alcanzó la industria del shale oil estadounidense, uno de los más significativos fue la de asegurar el autoabastecimiento energético de la primera potencia económica del mundo, algo que no se conseguía desde antes de la Segunda Guerra Mundial.
Un buen ejemplo del impacto económico de esta industria se ha dado en el Estado de Dakota del Norte, que ha pasado de ser uno de los estados más pobres de Estados Unidos a liderar el crecimiento económico en este país gracias a sus explotaciones de shale oil.
Con los mayores yacimientos de shale oil del país, la producción petrolífera de este Estado se multiplicó por seis en apenas siete años.
Ante estos hechos los recelos de Arabia Saudí han ido en aumento y parece que el reino alauita está dispuesto a desatar una nueva guerra comercial por el control del petróleo mundial.
La declaración de guerra se produjo este jueves, cuando en una reunión celebrada en Viena el Reino de Arabia Saudí bloqueó una resolución impulsada por Rusia y Venezuela para reducir el suministro de petróleo de la OPEP.
De hecho, la presión del mayor productor de petróleo de esta organización ha provocado que lejos de reducir el suministro, la producción de petróleo del cártel aumente por encima de su tope máximo diario establecido en 30 millones de barriles de crudo hasta los 31 millones.
La reacción en los mercados de materias primas no se hizo esperar. El precio del barril de petróleo Brent, de referencia en Europa, cayó hasta un 7 por ciento este día hasta marcar un nuevo mínimo de los últimos cuatro años en el nivel de los 71,25 dólares por barril de crudo.
Desde los máximos anuales en 115 dólares marcados el pasado mes de junio, el barril Brent se ha desplomado un 33 por ciento. Teniendo en cuenta que la última guerra comercial entre Estados Unidos y Arabia Saudí se saldó con un desplome del precio del petróleo del 67 por ciento en 1986, mi recomendación del pasado 22 de octubre de evitar invertir en las empresas relacionadas con el sector petrolero se mantiene.
Un cordial saludo, Alberto Redondo.
FUENTE: PUBLICADO EN INVERSOR GLOBAL - Newsletter semanal - Enviado por mail

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