sábado, 28 de febrero de 2015

Cómo actuar ante países quebrados

ImagePor Diego Martínez Burzaco
La salida de la crisis económica global de 2007 dejó enseñanzas que el inversor no debe dejar pasar por alto. En términos de deuda, un informe es revelador al respecto. ¿Cómo prevenir tomar riesgos desmedidos?
A lo largo de estos años trabajando en el mundo de las inversiones, me he cansado de escuchar la siguiente afirmación: “los países no quiebran, solo las empresas lo hacen”.​
Si bien técnicamente es cierto, económicamente no lo es. Y si no pregúntele a los tenedores de deuda argentina en el año 2001 o de deuda venezolana en la actualidad.
Cuando una empresa comienza a tener dificultades en su actividad principal, el riesgo de que desaparezca se agranda. Y, llegado al extremo, de no mediar un cambio de tendencia, la empresa va a la quiebra. Allí, los accionistas pierden casi todo (o todo en el peor de los casos) y los acreedores pueden cobrar totalmente, parcialmente o ninguna de sus acreencias.
Ese riesgo es real y palpable, pero hay señales que uno puede recoger para evitar exponerse a esa situación a tiempo.
Quienes aluden que los países no quiebran tienen razón en el sentido de que éstos no desaparecen por no afrontar sus obligaciones. Pero desde el punto de vista del inversor, el no cumplimiento del pago de la deuda (default) por parte de un país puede asemejarse mucho a la quiebra de una empresa.
Un caso concreto que me tocó vivir de cerca fue el default de la deuda Argentina en 2001. Estuve frente a frente con inversores que habían puesto US$ 95 por bono a principios de ese año y terminaron por aceptar a cambio US$ 40 recién en 2005.
Con esta experiencia, es difícil sostener la idea de que los países no quiebran. No desaparecerán del mapa, pero realmente pueden provocar a sus acreedores costos económicos similares a los de una quiebra.
Esto viene a colación de un informe de la consultora McKinsey sobre la situación de la deuda global a finales de 2014. En él se detallan estadísticas muy interesantes sobre los costos globales de la crisis económica en materia de endeudamiento.
Tomando la información de 47 países (25 desarrollados) y 27 (en desarrollo), la evolución del endeudamiento por agentes es la siguiente:

Como el cuadro anterior muestra, tras la crisis de 2007 el peso del endeudamiento global de las familias se redujo de 23,1% a 20,1%. También hubo una marcada reducción por parte de las instituciones financieras (de 26% a 22,6%), mientras que las empresas aumentaron su participación relativa en 1,5%. Finalmente, el costo más alto fue pagado por los Gobiernos, quienes aumentaron su participación en casi 6% sobre el total.
Lo anterior muestra a las claras los efectos de la crisis: las familias ajustaron sus cinturones en términos de endeudamiento y los Gobierno tuvieron que aplicar planes fiscales extraordinariamente expansivos para compensar la contracción económica.
Y esto no es un dato menor.
Este festival de deuda pública ha dejado a muchos estados en situación muy precaria, casi de insolvencia, casi quebrados. Y es cierto que ninguno de estos países desapareció o desaparecerá, pero representan un gran riesgo para usted como inversor.
Las fiestas se disfrutan, se gozan y sirven para entretenerse. Pero a nadie le gusta poner el dinero cuando llega la hora de pagar los costos. Usted no debe ser quien asume ese rol. No caiga en la tentación de invertir en bonos de altos rendimientos sin conocer los riesgos.
¿Cuáles son los países más tóxicos en términos de endeudamiento según el informe?
A nivel de todos los agentes agregados, Irlanda, Portugal, Grecia y China son los países más riesgosos. Sus ratios Deuda Total / PBI llegan a 534%, 301%, 218% y 158% respectivamente. A excepción de China, donde gran parte del endeudamiento es privado, el peso de la deuda pública sobre el total en el resto de los países es muy grande.
Primer consejo: manténgase alejado de los bonos de estos países.
Segundo consejo: si quiere correr el riesgo, compre acciones de empresas de estas naciones. Es más atractivo y puede ser mucho más rentable. ETFs como el EIRL (Irlanda), PGAL (Portugal) y GREK (Grecia) pueden ser algunas de las alternativas a considerar.
Tercer consejo: en el estado actual del mundo, apueste por las empresas y no por los países. Haga caso omiso a “los países no quiebran, las empresas sí”.
El mundo es dinámico y como inversor uno debe interpretar cada cambio. El paso siguiente, luego, es amoldar la estrategia de inversión a esta interpretación.
Esta columna lo intenta ayudar en ese sentido.
A su lado en los mercados, Diego Martínez Burzaco. Para Inversor Global

P.D.: ¿Sabe cuál es el país de los 47 relevados menos endeudado a nivel global según el reporte en cuestión? Creo que la respuesta lo puede sorprender, sobre todo por los problemas de corto plazo que arrecian sobre el mismo en este momento: ¡Argentina tiene tan sólo 40% de relación Deuda / PBI! De mediano plazo, seguro es una oportunidad…
FUENTE: Publicado en Inversor Global - Newsletter semanal - enviado por mail

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