sábado, 7 de marzo de 2015

Cómo escapar a la deflación europea por Diego Martínez Burzaco

ImageEn un mundo cada vez más inexplicable, el inversor se encuentra ante un nuevo e inesperado flagelo: la caída del nivel de precios. A continuación presento la mejor forma de combatir este proceso.
Es jueves al mediodía. Regreso de hacer unos trámites personales y vuelvo a la oficina en un taxi. El conductor está escuchando la radio y en ese momento el locutor está dando el parte de noticias económicas. Entre varios pensamientos que se me cruzan por la cabeza trato de prestar atención a lo que se emitía por la emisora radial.
Nada nuevo. Inflación en Argentina, desempleo en España y pobreza en África. Situaciones con las que lidiamos día a día, de manera ordinaria.
Sin embargo, en la última noticia sí vino la novedad:
“La cotización del euro contra el dólar se desploma a US$ 1,10, nivel que no se observaba desde 2003”.
Eso disparó, automáticamente, la necesidad de escribir la actual columna. La caída del euro puede ser vista como dos formas: como la continuidad del fortalecimiento del dólar a nivel global; o como un precio más que cae en una economía que se enfrenta a serios problemas de deflación.
Y opto por esta segunda visión.
Europa está en problemas.
El precio del euro cae bruscamente – casi 20% en los últimos doce meses- y entra en el espiral deflacionario al cual ingresaron otros bienes y activos. Primero el oro, después los commodities agrícolas, luego el petróleo y ahora la moneda.
Por supuesto que hay políticas que acentúan este camino. Y el Banco Central Europeo, al anunciar que el 9 de marzo próximo comenzará a inyectar 60 mil millones de euros mensuales en el sistema financiero, es un actor principal en esta escena.
Esto conlleva a un espiral deflacionario mayor no solo del euro, sino también de las tasas de interés.
De allí que no deberíamos sorprendernos al leer que los inversores institucionales corren masivamente a comprar bonos austríacos que pagan tasa de interés negativa en la última licitación de esta semana.
Escuchó bien. Un bono austríaco a dos años de vencimiento tiene un rendimiento de -0,2% anual. Esto implica que por cada euro que usted invierte ahí recibirá menos de 1 euro al finalizar el bono.
Y no es el único país en cuestión…

¿Por qué sucede este fenómeno?
Lisa y llanamente por la deflación generalizada que se está dando en el Viejo Continente.
Aún con un rendimiento negativo en una inversión, el poder de compra de ese dinero puede ser positivo. Esto se da si la inflación cae más rápido que la tasa negativa de interés que pagan los bonos en cuestión.
De todas formas, resulta muy extraño invertir en algo que, de antemano, ya sabemos que nos dará menos dinero que el que pusimos. Al menos yo no lo haría. Y usted me imagino que tampoco.
La pregunta a develar, entonces, es ¿cuál es el camino a seguir?
No hay fórmulas mágicas ni alternativas libre de riesgo.
El flagelo deflacionario que está viviendo Europa hoy también amenaza al resto del mundo. La inflación dejó de ser una preocupación hace rato y en la actualidad la amenaza es la caída de precios.
La mejor manera de protegerse es comprando acciones.
Es cierto. Usted pensará que las mismas han subido mucho y por un largo tiempo. Eso es verdad y no es discutible. Por eso no es lo mismo comprar cualquier acción. A medida que las mismas suben y suben, se hace más difícil elegir.
El riesgo es más alto.
Pero aun así creo que es la mejor relación riesgo-retorno que existe en el mercado.
Si hacemos un ejercicio comparativo de los efectos que tuvo el relajamiento monetario de la Reserva Federal sobre las acciones estadounidenses, las acciones europeas pueden tener un buen recorrido con la inyección de liquidez por parte de la autoridad monetaria.
Algo de esto ya mencioné en el newsletter Tres recomendaciones para el nuevo año, donde dejé en claro cuáles eran las bolsas que más me gustaban para este 2015.
Pero creo que hay que ser más específico.
Como mencioné anteriormente, no hay que comprar al azar ni pensar que todo puede subir por inercia.
Hay que saber leer la coyuntura, determinar los efectos de los procesos económicos que se van dando e identificar a los mayores ganadores.
En parte esto lo hicimos con nuestra última recomendación que vertimos en Crisis & Oportunidad. Creemos que su potencial es muy interesante, con un nivel de riesgo bajo.
Si estás suscripto al reporte, te invito a leer de qué se trata aquí.
En caso contrario, quizás sea el momento de no perder más tiempo.
A su lado en los mercados. Diego Martínez Burzaco
FUENTE: Publicado en Inversor Global - Newsletter semanal - Enviado por mail

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