sábado, 25 de abril de 2015

El peor amigo del hombre ​por Federico Tessore​

ImageEste supuesto amigo dice que nos va a salvar, que nos va a regalar dinero, felicidad y prosperidad. Promete lealtad eterna, dice estar a nuestro servicio, se declara nuestro mejor amigo. Pero lentamente, sin prisa pero sin pausa, nos va destruyendo.​
Dicen que el mejor amigo del hombre es el perro. Es un acompañante fiel, nunca nos pregunta nada, no nos quiere cambiar, siempre nos regala una sonrisa y un mimo. Ahora, si el perro es el mejor amigo del hombre, ¿quién es nuestro peor amigo?
Le propongo que lea este párrafo publicado el día jueves en el diario El Cronista y luego escucho su respuesta:
Desde el lunes pasado, los usuarios de MercadoLibre que vivan en Córdoba sólo podrán comprar productos de la plataforma a vendedores que se encuentren en la misma provincia. Esta suerte de "cepo provincial" fue anunciado esta semana por la compañía de comercio electrónico, como consecuencia de una nueva regulación dictada por la Secretaría de Ingresos Públicos del Ministerio de Finanzas cordobés, que exige a la empresa retener el 2% de las cobranzas realizadas a través de MercadoPago, su sistema de pago electrónico, a cuenta del impuesto sobre los ingresos brutos de los vendedores.
MercadoLibre es una plataforma online que facilita enormemente el libre comercio. Si usted se quiere comprar una bicicleta, previo al nacimiento de sitios web como MercadoLibre, tenía que ir al comercio de su barrio y comprar la bicicleta que le ofrecía al precio que él determinaba. Hoy, gracias a empresas como MercadoLibre (no es la única, por supuesto) uno no sólo tiene muchísimas más alternativas a la hora de comprar una bicicleta, sino que mejor aún, puede comprarlas a un precio mucho más bajo.
Éste es un ejemplo práctico de cómo la tecnología, el desarrollo de Internet y el libre comercio nos ayudan a tener una vida más completa y más fácil. Pero como casi siempre ocurre cuando algo nuevo aparece que nos ayuda a vivir mejor, nuestro “amigo” el Estado se interpone en nuestro camino. Con el discurso de que el Gobierno quiere bajar la evasión, para de esta forma tener más recursos para “ayudarnos”, para regalarnos dinero y felicidad, el Estado cordobés en esta ocasión creó una regulación híper complicada que obligó a una empresa como MercadoLibre a limitar la venta en Córdoba.
Esto implica que a partir de ahora, y gracias al “amigo” Estado, los cordobeses dejarán de acceder a todos los beneficios de un mega mercado nacional que les permite conocer muchas otras alternativas de productos a precios muchos menores. El que se dice nuestro mejor amigo, el Estado, perjudicándonos sustancialmente
Pero éste es solo uno de cientos de ejemplos, no sólo en la Argentina sino también en el mundo.
Un caso emblemático internacional es la empresa Uber. Esta firma creó una aplicación web que permite acceder a autos particulares por el teléfono celular de tal forma de hacer viajes cortos en las ciudades. Este sistema nuevo tiene el beneficio que nos permite acceder a un servicio a menores costos y con mayor calidad que el de los taxis. Como ciudadanos estamos contentos que aparezcan emprendedores que nos van a ayudar a hacer la vida más fácil.
Pero el Estado nuevamente se interpone en el camino. Con la excusa de “protegernos” de los seres malvados -en esta ocasión nos “protegen” de Uber- este servicio se está prohibiendo en grandes ciudades estadounidenses, como Miami, o europeas, como Madrid. De esta forma los ciudadanos de esos países se ven privados de acceder a un mejor servicio y están obligados a usar los viejos taxis que funcionan mal y son más caros.
Un Estado Global al servicio de los ineficientes, los vagos, de los amigos del poder. Monopolios que logran el apoyo de los políticos para cerrar sus mercados a las innovaciones, a los emprendedores, a las nuevas ideas. Pseudo empresarios que no se animan a competir y que logran llenar su bolsillo de dinero mientras brindan un pésimo servicio.
Es realmente increíble que aún y a pesar de estos ejemplos tan claros la gran mayoría de la población está de acuerdo con este tipo de regulaciones. Me cuesta entender cómo pocos se dan cuenta que nuestro mejor amigo, es en realidad, nuestro mayor enemigo.
¿No me diga que usted aún no está convencido de lo que le digo? Está bien, puedo entenderlo, dos ejemplos no son suficientes. Por favor, deme algunos minutos más de su preciado tiempo sabatino para darle cuatro más, y demostrarle cómo el Estado lo perjudica en su día a día:
El Estado nos obliga a elegir la peor moneda: ¿O para qué le parece que se creó el cepo cambiario en el año 2011? La idea es simple, existe una moneda, el peso argentino, que pierde valor todos los años. A veces pierde un 25% de valor en un año, pero otras veces puede perder un 40%. Existe otra moneda, el dólar, que pierde valor a un ritmo del 2% anual. Como es natural, la mayoría de las personas eligen el dólar para proteger sus ahorros. Pero el Gobierno lo quiere obligar a hacerlo en pesos, a quedarse con la peor moneda.
El Estado nos obliga a elegir las peores inversiones: Hoy no se puede transferir dinero de la Argentina al exterior para hacer una inversión. Por lo tanto, en la teoría, los argentinos no pueden invertir en el exterior. El problema es que hoy las mejores alternativas de inversión están afuera del país. Podemos acceder a inversiones con menor riesgo y mayor rentabilidad. Pero el Estado argentino nos quiere obligar a realizar las peores alternativas que existen localmente. El Estado dice que nos protege de los buitres internacionales que nosotros no estamos capacitados para detectar y ellos sí. Además, el Estado nos ayuda a ser más patriotas… accediendo a inversiones con mayor riesgo y menor rentabilidad.
El Estado nos obliga a acceder a las peores tecnologías: El iPhone, uno de los teléfonos más populares y modernos del mundo, hoy no se ofrece oficialmente en la Argentina. Está disponible en 115 países en forma directa, pero en el país solo se puede tenerlo por medio del mercado paralelo o si está dispuesto a pagar más del doble del valor de un smartphone similar en Estados Unidos. Y el iPhone es solo un testigo “famoso” de este fenómeno que implica que los argentinos no podemos acceder a la misma tecnología que los ciudadanos del resto del mundo sí pueden. El estado argentino impone restricciones porque “está protegiendo” a la industria nacional… es que ellos se encargan de proteger “el bien común”. Recuerde, el Estado es nuestro amigo…
El Estado restringe el comercio y genera pobres: El Estado argentino dice que casi no hay pobres en nuestro país. O que si los hay, no tiene sentido medirlos. Las consultoras privadas dicen que la pobreza es del 25%. Ahora le pregunto, ¿por qué le parece que hay pobres? ¿Por qué existen personas en la Argentina que no pueden generar un ingreso suficiente para sobrevivir? ¿Es porque el mundo no necesita del tiempo, trabajo y creatividad de los argentinos? ¿O porque el Estado no deja que nuestros trabajadores puedan ser contratados libremente o que puedan hacer negocios libremente? ¿Cómo puede ser que en un mundo al que le sobra el dinero y que le faltan productos y servicios no podamos reducir la pobreza y aumentar el empleo? Nuestro amigo el Estado, nuevamente, nos está protegiendo de los empresarios capitalistas aprovechadores que solo les importan las ganancias a costa de la pobreza del pueblo…
En nuestra vida corriente, cuando tenemos un amigo que nos perjudica, que no nos deja crecer, que nos engaña, que nos miente una y otra vez, que cuando nos enojamos nos promete cambiar y no cambia, que cuando lo queremos cambiar nuevamente nos seduce con regalos y felicidad eterna, pero luego nos engaña de nuevo… cuando tenemos un amigo de este tipo directamente optamos por sacarlo de nuestras vidas. Lo echamos, le pedimos que no nos llame más, que se olvide de que existimos.
Si hacemos esto en nuestra vida corriente, ¿por qué no hacemos lo mismo en nuestra vida económica?
Mañana hay elecciones en Capital Federal, la semana pasada tuvimos elecciones en Santa Fe y durante gran parte del año los argentinos vamos a pasar el día domingo votando. Eligiendo a aquéllos que van a ser nuestros “amigos” a partir del año que viene.
Cuando le toque su turno, sólo le pido que recuerde que el Estado no es su amigo. El Estado es su enemigo. Lo que le regala por un lado, se lo saca por otro. Cuando le dice que lo está protegiendo en realidad lo está perjudicando. Estimado amigo, usted no necesita que el Estado lo proteja. Usted se puede proteger solo, usted no es tarado.
Por eso, no vote más Estado. Vote menos Estado. Vote libertad, vote responsabilidad, vote sacarse de encima a un amigo que lo está ahogando. Reclame su derecho a vivir su vida sin restricciones y a animarse a alcanzar su sueño sin que nadie le tenga que regalar nada. No se deje engañar una vez más…
Le deseo un excelente fin de semana,
Federico Tessore - Para Inversor Global Argentina
FUENTE: Publicado en Inversor Global - Newsletter semanal -Enviado por mail

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