miércoles, 10 de junio de 2015

Pisando Callos. Por qué las cinco reformas

Alberto--Mansueti--Por Alberto Mansueti
Comparar encuestas es una de las dos mejores maneras de ver cómo se parecen los países de América Latina. La otra es vivir tiempo en varios de ellos, y contrastar. El turista ve las diferencias, sobre todo en maneras de hablar, comer y vestir; pero el residente ve las semejanzas, en sus leyes e instituciones y en la cultura que tales leyes e instituciones han parido (así es el proceso, y no al revés como dicen).
Nuestros países se parecen todos hasta en la costumbre de creer en cada uno que su propio país es “atípico, muy diferente” al de al lado. ¡Pero son iguales! (O casi). Los grandes problemas son los mismos.
Desde hace muchos años, en Gallup International se comparan encuestas, especialmente en dos preguntas que se hacen siempre. Una: “De todos los problemas del país, ¿cuál es el más grave?”; y dos: “De todos los problemas del país, ¿cuál te afecta más a ti en lo personal?” En el curso del tiempo se ven los resultados de ambas preguntas, en modo abierto y cerrado, que tienden a coincidir; y los problemas son iguales de un país a otro. Al paso de los años y son siempre los mismos, lo cual revela que ¡siguen sin resolver!
Codificadas y procesadas, las respuestas se pueden tratar con una adaptación de la técnica de “clusters” (conglomerados). La gente identifica muchos problemas, que según la relación de las respuestas unas con otras, se pueden agrupar y ordenar en cinco grandes clusters o categorías, desde los más graves y de más impacto en la vida personal, hasta los de menor relevancia.
(1) La inseguridad aparece de primero en las encuestas. “No hay policías en las calles”, dice la gente; “y hasta dentro de tu casa te asaltan”. Como es natural, la gente relaciona este problema con la corrupción judicial y la falta de justicia en tribunales. En este primer cluster hay siempre muchas quejas contra los gobiernos, tanto locales como regionales y nacionales, que apuntan a la corrupción en general, y a la falta de vías y obras públicas, con las consiguientes fallas en el transporte de personas (en las ciudades) y de mercancías (en las áreas rurales). Tema que se repite: la insensibilidad de los partidos políticos ante los problemas que agobian a la gente de a pie. Y siguen en orden de gravedad (2) las preocupaciones por la economía: “No hay empleo”; “todo está muy caro”; “los sueldos no alcanzan”; y también se oye que “hay muchos impuestos y son muy altos”.
(3) En tercer lugar se mencionan problemas en la educación: en institutos fiscales (estatales) es harto deficiente; en los privados es un poco mejor, pero es casi inaccesible por lo caro. (4) Después aparece la salud; y el panorama es similar que en educación: no hay casi atención médica en los centros del Seguro Social y del Estado; y en los privados la hay, y muy buena, pero sus precios la hacen inalcanzable para la gran mayoría. (5) Por fin, las jubilaciones y pensiones del Estado son “miserables” según los encuestados, las cuales se consiguen solo tras un papeleo burocrático que puede llevar años. De las pensiones y pólizas privadas, la clase popular ni sabe que existen.
La coincidencia en esta jerarquización, en todos los países, ¿obedece a pautas comunes? ¡Pues claro! Al ciclo de vida de los humanos, y a su distribución en la pirámide de edades. Por detrás se deja ver aquella “jerarquía de las necesidades”, del psicólogo Abraham Maslow y otros autores. Vea Ud.:
(1) La vida es lo primero, antes que nada. Y la inseguridad afecta a toda la población en su conjunto, y en general la desatención por parte del Estado de sus funciones propias: seguridad, justicia, y obras públicas de infraestructura. Este problema va de primero por el simple peso estadístico de las respuestas de la masa de gente apuntando a lo mismo. (2) Lo segundo en la vida, es el sustento; y las deficiencias en la economía golpean duro al segundo grupo de más peso: población trabajadora y económicamente activa, amas de casa y consumidores; por eso estos problemas van en segundo lugar.
(3) Después de la vida y el sustento, sigue la educación, que preocupa a los jóvenes, y a los padres de hijos en edad escolar, o aspirando ellos mismos a completar su formación; y estos son sectores muy específicos de la población. (4) La salud comienza a ser problema a medida que uno se hace de más edad, ¿o sí? (5) Por fin, el retiro es un tema de interés muy específico para la vejez.
En el Centro de Liberalismo Clásico vimos aquí mucha lógica, que además coincide con la tesis de Abraham Kuyper, político y teólogo calvinista. Primer Ministro de Holanda hace unos cien años, sobre la “soberanía de las esferas” en la sociedad. Esa lógica usamos para las Cinco Reformas que nuestros países requieren, y todas en paralelo. La primera es poner en su lugar al Estado, los gobiernos, y los partidos; la reforma política. La segunda es sacar al Estado de los mercados, liberando a los factores productivos para crear riqueza y empleo; la reforma en moneda, banca y economía. Y en simultáneo las tres reformas “sociales”, para acabar con el perverso esquema de “dos sectores” separados que hoy en día hay en la educación, la asistencia médica, y las jubilaciones y pensiones: el sector estatal, el malo, para los pobres, y el privado, el bueno, para los ricos.
Por eso nuestro símbolo es el de los cinco dedos, abierta la mano derecha.
Fuente: http://www.eldia.com.bo/index.php?c=Opini%F3n&articulo=Por-que-las-cinco-reformas&cat=162&pla=3&id_articulo=173654

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