domingo, 23 de agosto de 2015

El paraíso intervenido en la isla del Cerrito: LA ESCUELA EN UN BAÑO, EN EL CHACO DE CAPITANICH

Jorge “Koki” Capitanich quiere, literalmente, una educación de mierda para los jóvenes de la Isla del Cerrito. La diversión es una prioridad para el gobernador razón por la cual, sus funcionarios no dudaron en refaccionar el antiguo edificio de la modesta escuela Número 36 de la localidad turística y convertirla en un cómodo y apetecible hotel boutique destinado a liberar el stress que la función pública ocasiona a los muy ocupados, ministros, secretarios, subsecretarios e integrantes del Tribunal de Cuentas que, suelen pasar agradables fines de semana con buena comida y mejor compañía.
Claro que las horas de esparcimiento, relax asaditos bien regados de buenos vinos, wiskies condimentados con salsa blanca y excelente compañía femenina son parte de la política de estado que patrocina el gobernador y por eso a ninguno de ellos les molesto que los jóvenes que se labran un futuro educativo tengan que estudiar en un baño público eso sí, a salvo de las inundaciones porque fue construido sobre pilotes.
El Centro de Estudios Nelson Mandela reveló a través de su página web la preocupación de los pobladores por la intempestiva decisión oficial de convertir un centro de estudios en un complejo turístico a todo trapo. Lo que sigue son fragmentos de la nota publicada por el Centro Mandela.
El edificio escolar fue construido en 1978 para que allí funcionara una escuela primaria para cubrir las necesidades educativas de los hijos de las familias rurales que habitan el paraje. Así nació la Escuela Primaria N° 615. Actualmente los chicos deben recorrer varios kilómetros para concurrir a la escuela primaria. Dan clases en un anexo.
En 1994, debido al avance de las aguas del Río Paraná y del Guácara, los lugareños se refugiaron en la planta urbana de la Isla del Cerrito. Esto fue aprovechado por las autoridades municipales para cerrar la escuela primaria. El establecimiento fue destinado a funcionar como escuela técnica y, más tarde, como escuela agropecuaria. La generosidad y voluptuosidad de la naturaleza y el suelo rico permitían y hacían adecuada el funcionamiento de esta escuela, como así también la poca distancia con el casco urbano de la Isla. Así nació la Escuela Agropecuario y Técnica Nº 36.
No obstante el buen funcionamiento de la escuela, sirviéndose de una peculiar decisión del Ministerio de Educación que resolvió cerrar el establecimiento, a partir del año 2010 el intendente de la localidad le cambió el destino que comenzó a funcionar como un petit hotel, muy peculiar por su clientela.
No existe ningún papel u ordenanza en el municipio que avale la decisión de explotar el hotel que funciona en lo que fuera la escuela del Guácara. La población desconoce si el emprendimiento hotelero es explotado por la municipalidad o es privado, y si aún pertenece a Ministerio de Educación. Lo que se sabe es que no genera ningún ingreso o beneficio para el municipio, a pesar de que permanentemente tiene huéspedes allí alojados, que ocupan las habitaciones del hotel durante todo el año. Los fines de semana las fiestas nocturnas son ruidosas y coloridas. En estas ocasiones el derecho de admisión es muy selectivo.
Existen fuertes sospechas de que una de las vías de ingreso de drogas provenientes de Paraguay a la Isla se produce a través de la embocadura del riacho Guácara. El hotel tiene un pequeño puerto e instalaciones para que las lanchas naveguen por el riacho. Algunos huéspedes navegan el Guácara y salen a los ríos Paraná y Paraguay porque las distancias son muy reducidas.
Es común y frecuente, sobre todo los fines de semanas, ver a distintos funcionarios del gobierno instalarse en el lugar, como así también a algunos miembros del Tribunal de Cuenta. Todos son bien atendidos en el bucólico predio, asado de por medio. Cuando existen demandas o necesidades de los lugareños, el acceso al mismo es restringido.
En año 2013 el intendente de la Isla había solicitado al Concejo Municipal una autorización para construir el edificio de la escuela técnica en un predio turístico ubicado en cercanía de la punta norte, detrás de la Escuela Primaria Nº 132, con el fin de capacitar a jóvenes y adultos de la zona y de otros lugares.
La mayoría de los habitantes de la Isla ignoraban todas las estrategias en marcha y las decisiones que se estaban por tomar. Cuando conocieron el tema, la decisión ya estaba tomada, por lo que no pudieron oponerse. Es inexplicable e inentendible cómo y por qué cerraron la escuela, como tampoco se entendió que se destinaran recursos públicos para construir una nueva edificación.
Todo pareció un plan perfectamente armado, a través del cual se beneficiaron algunos pocos, mientras se perjudicaba al sector que más necesita y que menos tiene, el más golpeado y humillado porque dar clases en un baño público y casi escondido de la sociedad no solo es un hecho bochornoso, sino indigno. Por reclamos de los docentes y conflictos internos, no se dictan clases de ciertas materias. Enseñan apicultura. Así las cosas en la paradisíaca y peculiar Isla del Cerrito.
Baños para aula
Los funcionarios de Koki resolvieron que los alumnos de la escuela técnica se mudaran a las instalaciones de un baño público construido para dar servicio a ocasionales turistas que deciden acampar en el paradisíaco entorno que determina la exuberancia de la isla, y los ríos Paraná y Guácara.
Esa circunstancia no arredra a los intrépidos funcionarios que deciden aprovechar el paisaje isleño que con su pasado histórico y su presente turístico, ubicada a 54 km. de la ciudad de Resistencia- es presentada por los gobiernos chaqueños como una atractiva opción para quien busca vivir momentos de intenso contacto con la naturaleza.
Belleza paisajística, playas magníficas e imán para pescadores, aparece en el sureste de la provincia del Chaco seduciendo a veraneantes. Se emplaza en la confluencia de los ríos Paraná y Paraguay, constituyéndose como un imán para pescadores, que llegan hasta sus costas deseosos de la captura del combativo dorado en el marco silencioso y tranquilo del lugar.
Montes y parques dibujan la esencia de la Isla, haciendo visible su diversidad intrínseca, tan apasionante a la hora de los recorridos paisajísticos, la práctica de deportes de riesgo y los safaris fotográficos. Está acondicionada para el pleno disfrute de las preferencias del visitante. Ostenta sus rincones umbrosos, sus playas de arena blanca, sus barrancas agrestes y su profusa vegetación, encantando todos los sentidos.
FUENTE: http://1878.info/noticia/82/

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