jueves, 1 de octubre de 2015

El dólar que ningún taxista ve por Nery Persichini

ImageCuando se piensa en el tipo de cambio, la mayoría de los argentinos piensa en dos extremos: oficial y blue. Sin embargo, conocer el camino intermedio es la mejor guía para anticiparse a una devaluación. Un viaje en taxi disparó mi columna de hoy.
Hace unas semanas asistí a un encuentro de profesionales en la Facultad de Ciencias Económicas (FCE) de la Universidad de Buenos Aires (UBA). El tema de la charla era sobre los efectos del tipo de cambio sobre la economía real.
Si bien me llevé muchas conclusiones interesantes, el concepto más claro del día —y paradójicamente vinculado al dólar— lo escuché en un taxi…
"Base monetaria sobre reservas. El dólar blue es resultado exacto de esa ecuación", aseveró el taxista mientras me llevaba de regreso a la estación Federico Lacroze.
“Eso vale el dólar. No hace falta ser economista para saberlo, lo sé yo que manejo un taxi”, concluyó el experimentado conductor.
Yo no salía de mi asombro, y no porque desconociera el razonamiento. Me sorprendió el nivel de sofisticación de sus expectativas. Él estaba mirando lo que se conoce como “dólar de convertibilidad” para trazar una trayectoria estimada del tipo de cambio.
En cuestión, la relación es un resabio de los 90. Era la regla fija que tenía el Banco Central para imprimir billetes. Sólo podía imprimir un peso por cada nuevo dólar que ingresara a sus arcas.
Que un taxista mire de cerca la relación entre pesos en circulación y dólares es síntoma de una sola cosa: el tipo de cambio oficial no es el de equilibrio. O lo que es lo mismo, $ 9,40 no compran un dólar. El valor del peso está artificialmente alto y todo el mundo lo sabe.
Si bien es harto conocido el atraso cambiario —y ahí le doy la mano—, no coincido con el taxista en medir el atraso del peso con la relación de convertibilidad.
La respuesta a la pregunta cuántos pesos deberían comprar un dólar depende de la cotización que se mire. Debido a medidas del gobierno en los últimos años, tenemos un mercado cambiario desdoblado donde proliferaron múltiples valores de la divisa norteamericana.
¿Qué precios del dólar hay que mirar?
A continuación, le dejo una captura de pantalla del sitio Ámbito.com, donde se publican 8 tipos de cambio.

Como inversores, nos interesan solamente tres precios y su vínculo con el dólar oficial: 1) “tarjeta”, 2) “contado con liquidación” y 3) blue.
Le explico en el camino…
El punto de partida: el dólar oficial.
Esta variable es la que, en teoría, se determina en el mercado de cambios. Pero en la práctica, el Banco Central, el único solo jugador de peso, termina imponiendo condiciones. La cotización oficial se publica todos los días en la “Comunicación A 3500” de la entidad monetaria.
Este es un valor importante a seguir para los inversores ya que los bonos dollar-linked ajustan por este tipo de cambio. También es el precio al que se liquidan las exportaciones e importaciones.
Asimismo, el dólar oficial es la base de comparación para calcular las “brechas” con otros precios.
Por otro lado, tenemos al “dólar ahorro” y al “dólar tarjeta”. Nacidos a fines de 2011 al calor del “cepo cambiario”, son similares porque tienen como base al oficial, pero difieren en el porcentaje.
La variante “ahorro” permite comprar dólares para atesoramiento con un recargo de 20% —0% para quienes dejen las divisas en el banco durante un año. La operación depende de la aprobación de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), que toma ese porcentaje como adelanto del pago anual del Impuesto a las Ganancias, independientemente de que el contribuyente esté o no alcanzado por el tributo.
El dólar barato es evidente en este canal: las compras de dólar ahorro en 2015 vienen siendo récord —más de US$ 4.800 millones, casi el triple que hace un año.
El “dólar tarjeta” es la primera parada.
Este precio de la divisa tiene un recargo que es del 35%. Este es el costo adicional que tienen los consumos en dólares que se financian con tarjetas de crédito y los pedidos de moneda extranjera a la AFIP con fines turísticos.
Usted como inversor tiene que mirar ese 35% de recargo sobre el oficial. Aunque cuando se implementó parecía elevado, este sobrecosto ahora parece haber sido absorbido por la inflación local.
En otras palabras, como los precios crecen más rápido que el tipo de cambio, es más barato gastar en dólares, incluso con un cargo extra del 35%. En efecto, el consumo en el exterior con tarjetas de crédito viene creciendo vertiginosamente al 50% anual.
Esta cifra del 35% bien podría ser considerada como un piso de devaluación en el caso de una unificación de los tipos de cambio.
La segunda estación es el dólar de la Bolsa.
En este punto nos topamos con el contado con liquidación (CCL) y el dólar Bolsa.
El CCL no es un precio directo, sino que es una relación implícita. Surge de comprar con pesos acciones o títulos en Argentina para luego venderlos en el exterior a cambio de dólares. Requiere una cuenta bancaria en el exterior donde se acredite la suma. Debido al cepo cambiario, esta triangulación es muy usada por las empresas que tienen que girar dividendos al exterior.
El dólar Bolsa o MEP, por su lado, es una operación 100% local. Consiste en comprar bonos—como el Boden 2015— con pesos y venderlos en la Bolsa en dólares. La secuencia lleva al menos 96 horas por cuestiones legales, pero es perfectamente realizable por inversores minoristas. La relación entre los pesos iniciales y los dólares finales arroja el precio MEP. Para conocer más información, haga click acá.
Tanto el “contado con liqui” como el dólar Bolsa también dan una noción del nivel de expectativas. Son la referencia cambiaria de las compañías y los medianos y grandes inversores, que operan con dinero registrado y con gran volumen.
Con esto presente, vemos que en el mercado se realizan operaciones sin trabas que convalidan la idea de que un dólar vale entre $ 13,50 y $ 14, casi un 50% más de lo que cotiza oficialmente.
La medida de la Comisión Nacional de Valores (CNV) encarada la semana pasada hay que entenderla en ese contexto. La idea de fondo fue aplacar las expectativas cambiarias. En los hechos, las ventas de activos abatieron casi un peso el costo de hacerse de dólares en la Bolsa.
Pero el tiro salió por la culata porque las expectativas se agitaron todavía más si miramos el otro precio relevante de la calle.​

El dólar informal, final del recorrido.
Fuera de la órbita de todo control oficial, encontramos el único precio que en la práctica parece ser totalmente libre. Para acceder al dólar blue no es necesario pedirle permiso al Banco Central ni a la AFIP. Ni siquiera es necesario contar con trabajo formal.
Sólo basta con tener $ 16 en la mano para convalidar una diferencia de casi 70% con el precio oficial.
En rigor, el mercado informal es un mercado muy pequeño y cargado de volatilidad. Se estima que mueve unos US$ 25 millones por día. Sin embargo, es el valor del billete azul el que la mayoría de los argentinos tiene en la cabeza.
La cuenta del “dólar de convertibilidad” que hace el taxista es la que hacen todos los que especulan en este mercado chiquito. Dividen los pesos circulando —base monetaria— por las reservas internacionales.
Es más, muchos están aguardando a que se concrete el pago del Boden 2015, que vence en 4 días. Pero no esperan porque son tenedores, sino que están al acecho de que la relación de convertibilidad suba con fuerza. Es que los US$ 6.000 millones que deben pagarse por la deuda constituyen el 20% de las reservas.
En lo personal, creo que esta especulación es de muy corto plazo y no es relevante en un plazo más extendido de tiempo. Si usted es un inversor de mediano o largo plazo, no le va a servir. El reducido volumen, los riesgos de manejar efectivo y la facilidad con la que el “micromundo blue” se desestabiliza no favorecen la toma de decisiones de largo plazo.
Creo que las expectativas que más importancia tienen son las de la segunda “parada”… la del contado con liquidación y del dólar MEP. Tanto por volumen y tamaño como por transparencia, estas cotizaciones son la que usted debería seguir de cerca. Son la mejor guía para acercarse a un valor de convergencia cambiaria.
En ese caso, hoy un posible precio de equilibrio sería en torno a los $ 14, un valor en el que de hecho se pueden comprar billetes en el mercado de capitales.
Si me encontrara de nuevo con el taxista le diría lo mismo que le voy a sugerir a usted: es cierto lo del “dólar de convertibilidad” pero olvídese del dólar blue. Mire el contado con liquidación e invierta en activos que sigan al dólar oficial en su recorrido alcista.
Por una nueva inversión exitosa, Nery
Publicado en Inversor Global. Newsletter semanal. Enviado por mail

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