martes, 23 de mayo de 2017

La elite traicionó a los trabajadores estadounidenses

Resultado de imagen para dolaresEl progreso solo tiene sentido si la gente puede obtener más de aquello que quiere.
El mercado estuvo tranquilo la semana pasada.
Los inversores deben haber estado distraídos por la última tempestad de Washington.
¿El presidente Trump dijo algo que no debería haber dicho?
Le dijo a los rusos que los terroristas estaban tratando de hacer bombas con sus laptops.
¡En serio!
Trump fue cuidadoso para tener de su lado a los que tienen las armas y también el dinero. Tiene en su equipo a los generales y a los tipos de Goldman Sachs.
Se mantuvo en el camino marcado por Bush-Obama. Pero ha alienado a una gran parte del establishment.
Por eso lo ven como imprudente y como a alguien en quien no se puede confiar. Preferirían a un jugador del equipo del Estado Profundo, como el vicepresidente Mike Pence.
¿Quién sabe? Tal vez se les cumpla su deseo.
Progreso = Aprendizaje
Mientras, volvemos a lo básico…
Los acuerdos en los que todos ganan le dan a la gente lo que quiere. Aquéllos en donde algunos ganan y otros pierden – usualmente los impuestos por el gobierno – les dan menos. Unos pocos (los insiders) usan al gobierno para explotar a muchos (el resto de nosotros).
Estos acuerdos también deprimen el progreso económico para todos. En parte, esto pasa por una razón obvia.
Tirar la bomba atómica en Hiroshima fue un hito técnico, pero no el tipo de progreso del que hablamos. El progreso solo tiene sentido si significa que la gente puede obtener más de lo que quiere.
Por definición, cuando una persona es forzada a un mal acuerdo, obtiene menos de lo que quiere.
El progreso también es un aprendizaje. Intentas algo. Ves qué funciona y qué no. A medida que la gente experimenta, aprende… y la economía acumula conocimientos y riqueza.
Aprenden a trabajar, por ejemplo, a decir por favor y gracias, a ahorrar y a invertir sabiamente.
Los acuerdos en los que algunos ganan y otros pierden interrumpen el proceso de aprendizaje. Por eso fallan los programas de beneficios: la gente obtiene dinero sin aprender.
La tentación de hacer trampa
Es la razón real por la que falló la Unión Soviética.
Los consumidores fueron forzados a comprar cualquier producto de mala calidad que estaba disponible, los productores no tenían forma de aprender a hacer buenos.
Hacia el final, los productos disponibles para la compra en la Unión Soviética valían menos que la materia prima y el trabajo en ellos.
¿Qué necesitas para lograr acuerdos en los que todos ganan?
Tres cosas:
1) La gente debe ser libre de elegir con su tiempo y dinero.
2) Deben tener un dinero en el que puedan confiar.
3) Deben confiar el uno en el otro para respetar sus derechos y propiedades.
Sabemos que estas cosas no suceden sin problemas ni interrupciones.
El progreso es cíclico. Los acuerdos en los que todos ganan agregan riqueza y hacen que avance la sociedad. Pero dependen de la confianza. Y mientras la confianza aumenta, también lo hace la tentación por hacer trampa. Cuando todos dejan su bodega de licores abierta, por ejemplo, ¿quién puede resistirse a tomar un trago?
Entonces la confianza declina. Las barreras suben. Los costos aumentan. Los acuerdos en los que todos ganan dan lugar a acuerdos en los que solo algunos lo hacen. El progreso se revierte.
Dinero en el que puedes confiar
La invención del dinero real – basado en oro – le dio un impulso a los acuerdos en los que todos ganan y al progreso.
¿Por qué?
Era dinero en el que podías confiar.
Si te pagan una moneda de oro por un día de trabajo, no tienes que confiar en la persona que te paga. No tienes que preguntarte si tiene el dinero en su cuenta para cubrir un cheque o qué pasará con su dinero en el futuro.
No tienes que confiar en él, confías en el oro. Esto te permite hacer transacciones más libremente y acelera el progreso económico.
Los dólares respaldados por oro fueron confiables por casi 200 años.
La gente confió tanto en la integridad del dólar que apenas notaron cuando se removió el respaldo del oro (el 19 de marzo de 1968, cuando el presidente Johnson firmó una ley eliminando la “cobertura de oro” para los valores de la Reserva Federal).
Pero así funciona: mientras más confía la gente, más fácil es estafarlos.
Engañados por la Elite
Por supuesto, mientras se expande la confianza y proliferan los acuerdos en los que todos ganan, algunos ganan más que otros.
El típico trabajador chino gana seis veces hoy lo que ganaba en 1999. El típico trabajador estadounidense ha ganado poco.
Y la competencia laboral del extranjero lo hace sentir como un perdedor. Ahora quiere muros – para mantener afuera a los extranjeros y sus productos. Él quiere acuerdos que garanticen que él será un ganador de nuevo.
Él no tiene idea que su propia elite le hizo esto.
Los antiguos jefes de la Fed, Ben Bernanke y Alan Greenspan, tuvieron sus fotos en la tapa de la revista Time. La mayoría cree que son héroes, no bandidos. La mayoría cree que salvaron la economía de otra Gran Depresión al bajar las tasas de interés e inyectar billones de dólares en flexibilizaciones cuantitativas.
La mayoría – incluso el Presidente – cree que necesitamos más dinero falso para “cebar la bomba” y que la economía vuelva a funcionar.
Casi nadie se da cuenta, pero fueron estos estimulantes nuevos dólares los que impulsaron las tendencias que arruinaron los salarios de la clase trabajadora estadounidense.
Afuera, sus competidores usaban crédito barato para ganar participación del mercado y sacarle su trabajo. En casa, la elite impuso sus estafas, sus regulaciones, y sus acuerdos en los que algunos solo ganan – todo financiado con dinero falso.
La asistencia médica del estadounidense promedio ahora le cuesta siete veces más que en 1980. Su deuda subió casi 12 veces desde 1980.
Sutil estafa
Él culpó a los chinos, mexicanos, la oposición, los medios y el gobierno.
Él quería cambio.
¿Pero quién iba a suponer que había sido estafado por su propio dinero falso?
Después de que tomas en cuenta la inflación, el trabajador estadounidense no ha tenido un aumento importante en 40 años – casi desde que apareció el nuevo sistema de dinero después de 1971.
Pero los ricos – medidos por el Dow ajustado a la inflación– son 10 veces más ricos.
¿Quién podría haberse imaginado que después de 3.000 años, la elite habría creado un dinero que traicionaba su confianza… una “estafa” tan sutil que ni siquiera él lo notó?

Atentamente,
Bill Bonner
Para CONTRAECONOMÍA

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