martes, 17 de octubre de 2017

Los susu`á revípe democráticos. Por Anibal Hardy

Resultado de imagen para sistema presidencialista
Es muy difícil que se pueda encon­trar a un gobierno demo­crá­tico que sea per­fecto. Siem­pre tendrá algún que otro “forúnculo” que le reste reco­no­ci­miento en su ges­tión. Algu­nos políticos creen que por la sola razón de haber sido electos por el voto popular, les es suficiente, como para autocali­fi­carse de ser un gobierno demo­crá­tico, cuando por el con­tra­rio, aún la misma democracia, tiene algunos “susu`á revípe” (en guarani-jesuitico significa: “grano en el traste”) como dice el refranero popular en nuestra región, del que por diversos y variados motivos es difícil remediarlos.
“El Presidencialismo”, es una espe­cie de forúnculo para toda ges­tión del gobierno, y en cierta forma, dañino para la demo­cra­cia, cuando existe un exceso de pro­ta­go­nismo del pre­si­dente, que mini­miza y coarta la ges­tión de sus cola­bo­ra­do­res y de los demás pode­res del Estado. En Lati­noa­mé­rica, los gobier­nos de Argen­tina, Boli­via, Ecua­dor, Nica­ra­gua y Vene­zuela, son el ejemplo de gobier­nos, donde el pro­ta­go­nismo lo tie­nen todo el tiempo los pre­si­den­tes. Los Minis­tros o altos eje­cu­ti­vos del gobierno solo hacen lo que el pre­si­dente les ordena. No son capa­ces de tener per­so­na­li­dad ni ini­cia­tiva pro­pia, para actuar y resol­ver los pro­ble­mas. El pre­si­dente además viaja con fre­cuen­cia al exte­rior y ade­más uti­liza los medios de comu­ni­ca­ción con bas­tante perio­di­ci­dad, y es poco el tiempo que le queda para pla­ni­fi­car, jerar­qui­zar, crear, resol­ver, medi­tar, eva­luar, revi­sar, com­pro­bar, corre­gir y apo­yar. Siempre pre­mia la leal­tad en lugar de la capa­ci­dad y la expe­rien­cia de sus cola­bo­ra­do­res, el tra­bajo se indi­vi­dua­liza, la ges­tión no se hace en equipo y el pre­si­dente no delega; por lo que es obvio que así los pro­ble­mas y atra­sos en las ges­tio­nes se multiplican.
Otro grano molesto es la “Exclusión”. Son los gobier­nos, que cuando ganan alguna elec­ción, se olvi­dan de que fue­ron elec­tos para gober­nar a todos los ciu­da­da­nos del país, incluso, cuando el pre­si­dente electo es miem­bro de algún par­tido polí­tico en par­ti­cu­lar, o es apo­yado por una coa­li­ción de par­ti­dos polí­ti­cos, está obli­gado por la Cons­ti­tu­ción, a tra­ba­jar para todos los ciu­da­da­nos, no para un sec­tor. Es esen­cial con­sul­tar a las mino­rías, las leyes más impor­tan­tes que pue­dan afec­tar nega­ti­va­mente a sec­to­res mino­ri­ta­rios del país. Deben ser con­sul­ta­das, dis­cu­ti­das y revi­sa­das con las mino­rías polí­ti­cas, antes de su pro­mul­ga­ción y entrada en vigen­cia.

Esas son reglas de las demo­cra­cias que jamás deben ser vio­la­das.
Para que en país exista “Estado de Dere­cho”, los pode­res del Estado, dife­ren­tes al poder eje­cu­tivo, deben ser inde­pen­dien­tes del gobierno, a objeto de que éste sea con­tro­lado y tenga con­tra­pe­sos que per­mi­tan que: se garan­tice la apli­ca­ción correcta de la jus­ti­cia, las elec­cio­nes sean trans­pa­ren­tes, exista la liber­tad de expre­sión incon­di­cio­nada, se ejerza la defensa de los dere­chos huma­nos de los ciu­da­da­nos, se evite el abuso de poder, se invierta en lo prio­ri­ta­rio y se mini­mice la corrup­ción de ese país. En demo­cra­cia, no es ético que pode­res como el Elec­to­ral, Judi­cial, Defen­so­ría del Pue­blo y la Fis­ca­lía, ten­gan depen­den­cia polí­tica o reci­ban linea­mien­tos del poder eje­cu­tivo. Incluso, el Con­greso debe tener reglas cla­ras de fun­cio­na­miento que evi­ten la supre­ma­cía abso­luta de las mayo­rías sobre las mino­rías. Mas grano, ya se convirtió en una verruga de las más fre­cuen­tes de gobiernos democráticos, que inten­tan, secues­trar y/o mono­po­li­zar a todos los pode­res del estado, para gober­nar a sus anchas y pro­lon­ga­da­mente por tiempo inde­fi­nido en el poder. No es casua­li­dad ni coin­ci­den­cia que el pro­me­dio de años en el poder de los pre­si­den­tes, sea de unos 10 años, y en aumento, cuando en otros paí­ses demo­crá­ti­cos, este pro­me­dio sea de unos 5 años.
“Las Fuerzas Armadas” de cual­quier país del mundo, deben ser apo­lí­tica. Su rol y res­pon­sa­bi­li­da­des, esta­ble­ci­dos cla­ra­mente en la cons­ti­tu­ción de cual­quier país demo­crá­tico, así lo pre­ci­san y lo deman­dan. Ella se debe a la defensa de la Patria y ase­gu­rarse el cum­pli­miento de la paz interna en el país, según la Cons­ti­tu­ción y las leyes. La politización de las FF.AA, es otro enorme y purulento grano que le ha salido a la democracia, en el que gobiernos, que ade­más de haber poli­ti­zado al máximo, la han degra­dado como ins­ti­tu­ción legí­tima al nivel más bajo de la his­to­ria repu­bli­cana, además reciben ase­so­ra­miento de otras FF.AA. foráneas, lo cual es con­tra­dic­to­rio e inacep­ta­ble que suceda, en el seno de un gobierno que se con­si­dera sobe­rano y democrático.
“La corrupción”, es una cons­tante en casi todos los gobier­nos demo­crá­ti­cos. Cuando existe un alto nivel de corrup­ción, gran parte del pre­su­puesto va direc­ta­mente los bol­si­llos de los corrup­tos y se dejan de rea­li­zar obras nece­sa­rias para el pue­blo. Como con­se­cuen­cia directa, los pre­su­pues­tos nunca alcan­zan, para cum­plir con las res­pon­sa­bi­li­da­des del gobierno. Una forma acos­tum­brada para faci­li­tar la corrup­ción, es la de aumen­tar la buro­cra­cia y los tra­mi­tes exce­si­vos en la docu­men­ta­ción, para deter­mi­na­das acti­vi­da­des de la vida coti­diana, sea esta eco­nó­mica, de com­pra venta, iden­ti­fi­ca­ción, impor­ta­ción, expor­ta­ción, via­jes, otor­ga­miento de devi­sas, etc.
Cuando un país tiene alta “inse­gu­ri­dad”, se le hace difí­cil atraer capi­ta­les extran­je­ros o nacio­na­les para la inver­sión en nue­vas empre­sas o para la amplia­ción de las exis­ten­tes. A paí­ses que viven del turismo, se les difi­culta atraer visi­tan­tes, afec­tando al nego­cio del turismo. Tam­bién implica una alta per­mi­si­vi­dad e impu­ni­dad del cri­men orga­ni­zado. Son paí­ses que dejan mucho que decir del sis­tema judi­cial del país por su len­ti­tud pro­ce­sal. Denota la falta de polí­ti­cas públi­cas en mate­ria de edu­ca­ción, valo­res, y entre­te­ni­mien­tos para las comu­ni­da­des. Esta es una de las peo­res verru­gas.
“El control de cambios y divisas”. Es un enorme grano en la nalga, que todo gobierno demo­crá­tico debe­ría evi­tar apli­car, porque afec­tan y atro­fian a las eco­no­mías de los paí­ses que lo prac­ti­can. Ello, por la falta de cele­ri­dad en las inver­sio­nes y las ope­ra­cio­nes de com­pra venta inter­na­cio­na­les. Enca­rece el costo de los pro­duc­tos que se adquie­ren del exte­rior, pro­mueve la corrup­ción, genera la esca­sez, con­tri­buye con la infla­ción, y difi­culta los via­jes del ciudadano común. La única forma de eli­mi­nar los con­tro­les, es cons­tru­yendo una eco­no­mía sana, pros­pera y equi­li­brada; que per­mita dis­po­ner de una moneda fuerte y esta­ble.
Finalmente: Una demo­cra­cia con tan­tos granos (nacidos) por extir­par corre el riesgo de que esta y la Repú­blica se pier­dan. Es tiempo que con el voto bien meditado el ciudadano remedie esa can­ti­dad de verru­gas/ granos inde­sea­bles para la demo­cra­cia.
ENVIADO POR SU AUTOR

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ARCHIVOS DE TEMAS DEL BLOG

Buscar articulos