lunes, 15 de enero de 2018

Diplomacia ecuatoriana, laberinto de manipulaciones. Por Darío Cervantes Padilla

Desde Ginebra, Suiza
El affaire J. Assange al filo de cinco años se ha convertido en “impase unilateral” para el gobierno ecuatoriano, como resultado de una serie de manipulaciones y desconocimiento del sistema de relaciones internacionales de parte de autoridades ministeriales.
Dos aspectos dominan este sistema, el jurídico internacional y el político internacional, los cuales han sufrido intentos de manipulación sin llegar a su objetivo, convirtiéndose mas bien en un “fiasco y vergüenza” de proporciones globales.
En la parte jurídica no se ha observado que los principios del derecho internacional sobre relaciones diplomáticas “consagra” el mantenimiento de la paz y seguridad internacionales para promocionar las relaciones de amistad de los pueblos. Para ese objetivo se construyó un “sistema de cooperación en inmunidades diplomáticas para representantes” como un “privilegio reconocido y garantizado por todos los gobiernos vinculados para desarrollar relaciones amistosas entre países”. Se concede esa inmunidad diplomática “no en beneficio de las personas” sino al Estado amigo para el mejor desarrollo y funcionamiento de su misión diplomática, como estipula la Convención de Viena de 1961.
Assange jurídicamente está, al igual que la diplomacia ecuatoriana, “atrapado sin salida”.Una vez perseguido Assange por la justicia de Suecia, se activó automáticamente el instrumento de cooperación europea llamado European Arrest Warrant (EAW), un sistema de alerta de seguridad y cooperación jurídica. Si bien en mayo 2017, la Fiscal General de Suecia cerró el caso y el Ministerio Público retiró los cargos contra el pirata informático por acoso sexual, en virtud del EAW, la Corte de Westminster Magistrates mantiene la orden de arresto para Assange porque no se presentó a declarar cuando se lo ordenó en junio 2012, y el Servicio de Policía Metropolitana esta obligado a ejecutar esa orden. Para el gobierno de Londres entonces, se trata de un asunto netamente jurídico, la misma Primera Ministra Theresa May ha afirmado que en caso de abandono de la Embajada de Ecuador la policía operará.
Para burlar esta operación, el gobierno Ecuatoriano ha pretendido dar nombramiento a Assange dentro del cuerpo diplomático para que se haga acreedor a la inmunidad diplomática y todos los privilegios protegidos en el derecho internacional a representantes en embajadas, para lo que ha otorgado aparentemente nacionalidad ecuatoriana al hacker. Si esto ha sucedido, el gobierno ecuatoriano no ha observado que la ley internacional sobre diplomacia le permite nombrar diplomáticos a personas sin nacionalidad ecuatoriana (art.8), evidentemente hace falta el acuerdo del país receptor.
El problema aumenta para el gobierno ecuatoriano y los desaires y humillaciones internacionales no paran. El gobierno británico ha negado firmemente la acreditación de Assange como diplomático, en respuesta dada a la solicitud enviada por Ecuador el 20 de diciembre del 2017, porque se trata de evadir la orden de la Corte de Westminster, e Inglaterra no lo considera un asilado político sino un prófugo de la justicia. Así en su respuesta señala que “Assange es considerado inaceptable como miembro de la misión ecuatoriana”, y le recuerda al gobierno ecuatoriano que Assange no posee ningún privilegio diplomático conforme a la Convención de Viena de 1961. Esto en términos diplomáticos significa una “humillación internacional” y al mismo tiempo una lección como la de un profesor a un estudiante. Intentar burlar la justicia interna británica con una jugada de aprendices en relaciones internacionales ha sido una ingenuidad ruin contra la imagen de Ecuador y su pueblo.
A nivel internacional se procuró en 2016 una acción por medio de una comisión de la ONU, un grupo de trabajo sobre detenciones arbitrarias trató el tema Assange, para incidir en la justicia británica, concluyendo que el caso de Assange era una detención arbitraria. Esta conclusión no tiene el carácter jurídicamente vinculante porque los criterios de ese grupo de trabajo no corresponden a las de un Tribunal de Justicia Internacional o regional, por lo tanto ya que en materia internacional la norma es respetar incondicionalmente la soberanía y política de Estados, mal haría en pretender incidir sobre un asunto casi policiaco de la justicia interna británica, esta decisión en nada cambio la situación del lanzador de alerta.
Ecuador ha declarado públicamente que busca una mediación ante esta situación “insostenible”, pues es insostenible para Ecuador no para Inglaterra. El ministerio de relaciones exteriores ecuatoriano “ignora” que la mediación solo es factible en casos donde existe conflicto directo entre dos o mas partes, cuando existe litigio o disputa. Aquí, no estamos en este contexto, ya que se trata de una orden de detención por un proceso penal basado en una petición europea y accionado por una Corte de Londres. El gobierno ecuatoriano debe saber que la mediación apela a una tercera parte para observar el proceso de la disputa o litigio. Por lo tanto Inglaterra estaría cediendo parte de su soberanía y eso no lo va a permitir.
Inglaterra le esta dando un tratamiento netamente jurídico al affaire Assange mientras el gobierno ecuatoriano lo conduce políticamente. Jurídicamente es definitivo que la Corte de Westminster ha ordenado su detención, y ha dejado muy claro en su respuesta que Assange no tiene ninguna inmunidad diplomática, por lo tanto lo van a detener. Pero Ecuador perdido en su propio laberinto de pretendidas manipulaciones insiste en una solución política y ha pretendido convencer a los inventores de la diplomacia de que Assange puede ser diplomático. Esta posición descabellada y doméstica de la diplomacia ecuatoriana tiene un futuro gris porque la solución pretendida no existe.
Tampoco el gobierno británico va a poner en riesgo sus relaciones con Estados Unidos. Pues los dos países a parte de sus relaciones con Europa, mantienen una vieja tradición de cooperación en materia política internacional de seguridad. Estados Unidos probablemente ya tiene solicitado la extradición de Julian Assange. Los asuntos de Homeland Security son una política de Estado, y Assange divulgó documentos con información ultra clasificada de Estados Unidos, eso no le van a perdonar. Assange deberá enfrentar un proceso proporcional a sus actos ante la justicia estadounidense, eso es inevitable. La mejor opción es invitarlo a Assange a salir de la embajada, su estatus de asilado nació de una decisión política correísta alimentada por su egocentrismo protagonista y sentimentalismo supuestamente anti imperialista; ahora es al gobierno de Moreno de lidiar con este auto impasse de la misma diplomacia ecuatoriana. La captura del hacker Julian Assange es inevitable y la conducta internacional de Ecuador debe aceptarlo de una vez para no seguirle haciendo daño al mismo Assange, a la reputación de los ecuatorianos y un daño significativo a las relaciones bilaterales ecuatoriano británicas.
FUENTE: https://www.larepublica.ec/blog/opinion/2018/01/14/diplomacia-ecuatoriana-laberinto-manipulaciones/

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