domingo, 18 de marzo de 2018

Stephen Hawking y “Peronia”: un agujero negro en la tierra

Días atrás la humanidad perdió una de las mentes más relevantes de la física, Stephen Hawking. Este científico se destacó por realizar varios aportes a dicha ciencia, enfocándose particularmente en el estudio de los agujeros negros.
Personalmente, siempre fui un seguidor amateur de Hawking, por lo que he mirado decenas de videos, leído múltiples entrevistas, y visto la última película que narra su vida.
Este pseudo fanatismo no lo atribuyo a su enfermedad y el mérito que conlleva haber hecho lo que hizo con semejante hándicap, sino porque genuinamente siempre encontré a sus intuiciones espectacularmente elocuentes.
Recordemos que Hawking, además de escribir papers y opinar sobre temas vinculados a la física, también disfrutaba de opinar sobre temas misceláneos, como el rol de la inteligencia artificial en la sociedad para las próximas décadas. Para resumir, creo que siempre y sin excepción, una combinación tal de intuición, IQ y formación académica siempre es algo digno de admirar.
La tierra tiene su propio agujero negro: Peronia
Siguiendo un poco el leit motiv de los agujeros negros, lo cierto es que no hace falta salir de la galaxia para encontrar uno. Por estas latitudes hay uno muy grande, y que básicamente se está literalmente tragando al país.
Sí, a esta altura seguro sabés de lo que hablo: nada más y nada menos que el inmenso “agujero negro” fiscal, llamado “Peronia”.
Repasemos algunos números:
• El resultado fiscal financiero acumulado a febrero arroja un rojo de ARS 65.000 millones, un 53% peor que a febrero 2017, 28 puntos por encima de la inflación, que, a pesar de las tasas de punta y un stock de LEBAC creciendo al rojo vivo, todavía sigue en 25%, en línea con el nivel que dejó CFK en 2015.
• El déficit financiero de 2017 fue de 6% del PIB, en línea con el resultado financiero de CFK, incluso habiendo pegado un tremendo tarifazo en la zona metropolitana. Si a eso le sumamos otros intereses no contabilizados, como los de las LEBAC, nos deja en línea con niveles vistos solo durante las grandes crisis macroeconómicas de nuestra historia.
Son números escalofriantes.
Con estos números fiscales en la cabeza, me gustaría hacer el ejercicio de listar los 3 grandes males que azotan a la sociedad argentina.
Creo que todos coincidiremos:
1. La inflación,
2. El estancamiento, tanto de nuestros salarios como el de la economía en general,
3. El empeoramiento de del tejido social, incluyendo la calidad educativa media que reciben los chicos del país
Tal vez a esta altura ya esté un poco gastado el discurso de algunos liberales reconocidos. El liberalismo parecería estar convirtiéndose en una cuestión cuasi-cliché para los que siguen la coyuntura económica y mediática argentina, pero creo que así y todo vale la pena no perder nunca esto de vista el hecho de que, esos tres grandes males tienen un CLARO origen: el Estado.
El agujero negro que se está chupando la Nación
La inflación en Argentina se debe al excesivo tamaño del estado, cuyo síntoma es la monetización del déficit fiscal. Ergo, sin agujero negro no habría inflación. En el medio, el agujero negro ya se ha cargado con víctimas como las sucesivas monedas que supimos tener (Austral, Peso ley, el Peso actual, etc) y, por ejemplo, otros mercados de largo plazo, como el del mercado de créditos hipotecarios, que ha sufrido un retroceso nunca visto.
La falta de crecimiento también se debe al excesivo tamaño del Estado. Por ejemplo, en un análisis que hice con Oikos Buenos Aires (donde tomé más de 160 países y analicé sus números entre el año 2000 y 2016), he demostrado que, en promedio, los países que más crecen tienen una participación del Estado en el PIB menor. O sea, a mayor gasto estatal, menor tasa de crecimiento promedio de la economía.
Crecer poco por algún tiempo no es traumático, pero si sistemáticamente crecés poco, los problemas y el malestar social se empieza a acumular. No resulta casual que el crecimiento argentino se haya estancado luego de 2011, justo cuando su presión tributaria comenzó a subir a niveles escandalosos.
Tampoco resulta casual que, mientras nuestra tasa de crecimiento languidece, la tasa de crecimiento de países vecinos, con un Estado mucho más pagable, sigue siendo muy positiva, incluso después de acabado el boom de los commodities. Esto demuestra que el problema es 100% endógeno., a diferencia de lo que los keynesianos, socialistas o estructuralistas te quieran hacer creer.
La educación y el tejido social en general también han sido víctimas de “Peronia”, el agujero negro iniciado por el Estado: Los grandes “empeoramientos” en la calidad educativa y del tejido social en general han tenido lugares en las grandes mega-crisis que el país ha atravesado; y, si analizamos a detalle cual fue el origen de esos lamentables episodios, veremos un clarísimo patrón.
El Estado fue protagonista y artífice explícito y/o implícito en cada uno de ellos. En general, esos episodios fueron meros colapsos de equilibrios económicos altamente “desequilibrados”. O sea, nunca hubieran ocurrido semejantes colapsos si el Estado no hubiera mantenido dinámicas explosivas del gasto.
En resumen, como vemos, el Estado es el principal responsable de nuestros grandes males, y, por ende, resulta evidentemente falaz creer que los mismos se resuelvan, justamente, “con más Estado”. Creo que hasta un niño de 8 años llegaría a la misma conclusión, si le fuera propiciado el set de información correcta.
La gran pregunta es: dado que resulta bastante claro el patrón, y el origen de todos los males
¿Cómo puede ser que nunca se apliquen las medidas necesarias como para al menos cambiar el rumbo de manera cautelosa y lenta? ¿Cómo es posible que, incluso estando tan claro el problema, incluso la gente que asume el mando bajo el paraguas de un partido llamado “Cambiemos” inicia una gestión con un discurso que, luego, en los hechos, termina diluyéndose y convirtiéndose en eso mismo que supuestamente iban a combatir?
Bueno, creo que para responder eso, y coincidentemente con la idea fuerza de los “agujeros” de la nota, cabe recordar una famosa frase de Nietzsche:
Cuando miras fijamente al abismo, el abismo también te mirará a ti.
Tal como elegantemente este brillante pensador y filósofo ilustró, aparentemente, en nuestro caso, la batalla contra “Peronia” ha terminado convirtiendo al oficialismo en algo funcional al propio agujero negro de Peronia.
El agujero negro contra mis ahorros
Como consecuencia del escenario actual, donde queda cada vez más claro que vamos a un contexto con más inflación, un dólar más de punta, un MERVAL con volúmenes raquíticos y, como consecuencia, LEBAC menos atractivas, opciones como LETEs, bonos híper cortos o directamente dólar billete para dinero transaccional se erigen como opciones relativamente razonables.
En cuanto a lo personal -desde la platea “liberal”- considero que como ciudadanos nos debemos un mea culpa, el paso cero antes de siquiera pensar en una vuelta de página.
Y en cuanto a Stephen Hawking, que en paz descanse.
Hasta la semana próxima
Juan I. Fernández
Para CONTRAECONOMÍA

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